El ministro de Salud de Nación, Mario Russo, armó un hilo en la red social X y acusó de "mentiroso" al Gobierno bonaerense, luego de que el titular de la cartera provincial, Nicolás Kreplak, advirtiera que si el Gobierno nacional mantiene su línea en materia sanitaria, la parte más alta del problema se verá porque "la próxima epidemia de dengue será muy grave, y la falta de una coordinación nacional hará que sea desquiciante para la población".
"Estamos en un momento de gravedad institucional respecto del sistema de salud”, apuntó Kreplak, y desató la ira de Russo. El ministro de Salud nacional, luego de chicanear a su par de Buenos Aires, escribió en X que en mayo, el Gobierno nacional "presentó una estrategia integral" para prevenir el dengue de cara a la temporada que viene, la cual está "coordinada en mesas de trabajo con las distintas regiones". Sin embargo, el titular de la cartera sanitaria bonaerense expuso un gráfico que dice lo contrario.
"A hoy tenemos ocho provincias que van a vacunar contra el dengue y ocho estrategias distintas", fue la frase de Kreplak que acompañó al cuadro que demostró las incongruencias. En La Rioja priorizarán a las personas de entre 16 y 20 años con o sin dengue previo que residen en la capital, que es la zona más afectada. En Misiones las vacunas estaban destinadas a los habitantes de entre 20 y 40 años, y después se amplió a los 59 años, según la zona. En Salta vacunarán al personal de salud y a personas de entre 20 y 39 años, que cuenten con cobertura médica exclusiva de zonas priorizadas, y luego se extenderá hasta los 59 años.
Corrientes optó por priorizar a las personas de entre 20 y 40 años, mientras que Catamarca se centró en el personal de salud y en los habitantes que van de los 20 a los 39 años. Chaco vacunará a los jóvenes de 15 a 19 años, Tucumán hará lo propio con el personal de salud, seguridad y educación, y Córdoba se centrará en el personal de salud, y en quienes hayan cursado la enfermedad con un cuadro grave, entre los 19 y los 59 años.
Si bien la vacuna tiene todas las condiciones para ser utilizada, Buenos Aires no cuenta con ella, más que en muy pequeñas proporciones y de manera privada, por lo que no está disponible para la población.
El ministro de La Libertad Avanza mencionó a Kreplak en su hilo y sostuvo que "la salud es una responsabilidad primaria de las provincias". Sin embargo, el funcionario del gabinete bonaerense le contestó que "no se trata de una disputa entre gobiernos para romper los puentes, sino todo lo contrario, las provincias somos las responsables pero tenemos que ser coordinadas por el Ministerio Nacional".
El ministro de Salud nacional, que durante la última epidemia de dengue y ante la faltante de repelentes pidió que la gente usara pantalones y remeras de mangas largas con cuarenta grados de calor, dijo que "la eliminación del mosquito en el territorio es la primera línea de defensa para frenar el dengue, y es clave el trabajo local y peridomiciliario para combatirlo", por lo que "es prioritario que la Provincia coordine con los municipios para trabajar en la prevención". Sobre el final de su publicación en X, Russo indicó que seguirán dialogando con todos los ministros provinciales, "como lo venimos haciendo hasta ahora", para coordinar "la implementación del Plan Integral, la asignación de recursos y el apoyo que brinda el Estado nacional".
Sin embargo, a las autoridades bonaerenses y a todo el entramado sanitario nacional, les cuesta creerle al ministro de Salud de Nación. Durante el período 2023-2024, según indicó Nación, el dengue provocó 583.297 casos confirmados y 419 muertes. Kreplak, en su momento, dijo a BuenosAires/12 que la epidemia "era toda del Gobierno nacional", porque llegó al poder sabiendo que eso ocurriría, y no hizo nada para frenarlo.
Nación, por el contrario, desfinanció los centros rectores del noreste y del noroeste, y con ello redujo la vigilancia y disminuyó el trabajo de bloqueo de lo que, años atrás, se llamaba "escudo norte". La Libertad Avanza tampoco pensó ninguna estrategia respecto a repelentes, ni de otro tipo, y la crisis fue tal que debió importar el producto. Según Kreplak, "tampoco hicieron nada con el avance de la vacuna", y no financiaron promotores de salud para fortalecer el trabajo territorial en los municipios y las provincias. La cartera conducida por Russo no realizó campañas municipales para explicar cómo se previene el dengue, cómo son sus fases y cómo se puede acudir para reducir el riesgo de dengue grave, ni trabajó en la previsión de reactivos para hacer diagnósticos en las provincias. "No tomaron ninguna medida para fortalecer la atención de dengue", resumió Kreplak en ese entonces.
En diciembre pasado, luego de que asumieran los nuevos funcionarios, los ministros de Salud de todas las provincias esperaban que el área de Salud nacional los llamara para articular un plan desde el Estado Nacional, que plantee qué bloqueos pondrían entre la zona del noreste argentino y el centro, y qué estrategias de vigilancia de mosquitos iban a desarrollar. Sin embargo, Russo y su cartera apelaron a la inacción, y como en diversas áreas del Gobierno libertario, optaron por tapar la inoperancia echando culpas al pasado.
"Estamos sufriendo las consecuencias de la falta de prevención que hubo el año pasado, donde no se hizo el trabajo correspondiente", lanzó Russo en un comunicado a principios de año. Kreplak, en diálogo con este diario, indicó que "no es así", y que incluso "se hizo muchísimo más que en años anteriores". En Buenos Aires, la cartera sanitaria mantuvo campañas constantes de descacharreo durante la temporada de invierno, con el objetivo de reducir la cantidad de mosquitos que después contagian en el verano.
La del dengue, sin embargo, fue una epidemia que se expandió en toda la región de las Américas, y el aumento en la cantidad de casos se debió, además de la falta de respuestas del Gobierno nacional, a la capacidad adaptativa del mosquito, que según indicaron los especialistas, crece más y en diferentes lugares.
Buenos Aires, durante el verano anterior, identificó tres de los cuatro serotipos de dengue. Si bien sus síntomas no varían demasiado, una persona que contrae dos serotipos diferentes en distintas ocasiones suele alcanzar casos de alta gravedad, que derivan en sangrado de mucosas, dolor abdominal intenso y continuo, hepatomegalia, somnolencia, irritabilidad, hemoconcentración con plaquetas, vómitos persistentes y derrame seroso.