El Banco Central cerró este martes con una compra neta de 50 millones de dólares. De esta manera, encadenó compras por 11 ruedas consecutivas con saldo positivo. En tanto, las reservas treparon a 27.674 millones de dólares. Se trata de la cifra más alta desde el 16 de julio. Sin embargo, la autoridad monetaria sigue mostrando importante dificultades para acumular divisas, las cuales se ampliarían durante los próximos meses de este año. Para enero del próximo año se estima que el nivel de las reservas netas será negativo en más de 10.000 millones de dólares.

El dólar blue terminó la jornada con una nueva suba de 5 pesos hasta los 1355 pesos. Por su parte, el contado con liquidación subió 0,2 por ciento para operarse en 1290 pesos. En contraste, el dólar mep terminó con una disminución de 0,2 por ciento y se negoció a 1287 pesos.

Los dólares financieros siguen por debajo de los 1300 pesos, aunque en el mercado existe una fuerte desconfianza sobre la posibilidad de sostener la situación con el correr de los meses. La apreciación del tipo de cambio oficial comienza a ser cada vez más marcada y para los inversores provoca serias tensiones con las reservas internacionales y otras variables macroeconómicas. Por caso, el superávit de cuenta corriente de junio fue negativo y en julio ocurriría lo mismo.

En el plano de los activos bursátiles, hubo un suba del 0,1 por ciento de la bolsa porteña, mientras que las acciones argentinas que cotizan en la bolsa de Nueva York terminaron con pérdidas de hasta 2 por ciento. Los bonos soberanos no se despegan de los 50 dólares (o sea paridades del 50 por ciento) y el riesgo país continúa cerca de los 1500 puntos.

Algunos bancos de inversión internacionales, pese a que la Argentina no consigue fuentes de financiamiento para poder refinanciar su deuda en moneda extranjera, consideraron que si se liberan los controles cambiarios el país podría empezar a tener un nuevo ingreso de divisas para la compra de activos bursátiles.

Merval standalone

El banco de inversión JP Morgan estimó que la Argentina podría recibir casi 1000 millones de dólares en inversiones financieras en caso de mejorar su calificación crediticia que actualmente se encuentra en un segmento marginal.

Para la calificadora MSCI, el país está en la categoría "standalone" en la que se incluyen a economías con serios deterioros, además de tener un mercado de capitales pequeños y con excesivas regulaciones.

Argentina fue rebajada a la categoría de "standalone" en 2021 cuando se profundizaron los controles cambiarios. En base a las medidas regresivas y pro mercado del Gobierno de Javier Milei, JP Morgan planteó que, en caso que el país logre subir a la categoría de "emergente", podría recibir un flujo de inversiones de hasta 1000 millones de dólares.

Los consultoras financieras internacionales estiman que si Argentina vuelve a la categoría de país emergente lo haría con cuatro empresas. El índice standard estaría compuesto por: YPF, Grupo Financiero Galicia, Banco Macro y Pampa Energía. A su vez, el MSCI Small Cap tendría once integrantes.

El avance en la clasificación habilita a los grandes bancos de inversión a ingresar capitales a estas compañías en una relación que sería de 780 millones de dólares para el primero y los 175 millones para el segundo.

JP Morgan es quien elabora el índice de riesgo país, que actualmente para la Argentina está en 1.490 puntos, lo que impide al país acceder a los mercados de deuda voluntaria. La reclasificación del país depende de la remoción de las restricciones que aún pesa sobre el sistema financiero, producto de los controle cambiarios.