El humo causado por las decenas de incendios que asolan Bolivia y la Amazonía brasileña viajó cientos de kilómetros y cubrió esta semana el cielo de algunas regiones del sur de Brasil, afectadas por una intensa ola de calor.

La presencia de humareda en el estado de Rio Grande do Sul, fronterizo con Uruguay y Argentina, se debe a corrientes de aire caliente del norte que generan un "río atmosférico de humo" desde la Amazonía hasta el otro extremo del país, explicó el portal especializado en meteorología MetSul.

Así, Rio Grande do Sul y algunas partes de los estados de Paraná y Santa Catarina llevan varios días con cielos grises y sol anaranjado.

En lo que va de agosto, la Amazonía de Brasil registró 18.115 focos, en su mayoría concentrados en el estado de Pará, según datos satelitales del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE). Esta cifra representa un aumento del 92 % respecto al mismo periodo de 2023, cuando se contaron 9.429 fuegos.

Al igual que el año pasado, la región amazónica pasa por una sequía severa y el río Negro, el mayor afluente del Amazonas, bajó a un nivel "crítico" según advirtieron el lunes las autoridades locales.

En julio, la Agencia Nacional de Aguas y de Saneamiento Básico ya declaró una situación "crítica de escasez" en los ríos Madeira y Purus, después de que en la última estación lluviosa cayeran menos precipitaciones que la media.

El Ministerio de Medio Ambiente de Brasil aseguró este martes en un comunicado que más de la mitad de los incendios registrados desde finales de julio ya han sido extinguidos o están bajo control y que 1.489 bomberos actúan en la Amazonía.

Al mismo tiempo, el departamento señaló que la mayoría de los fuegos fueron causados por la deforestación o por los trabajos de limpieza de tierras realizados por los agricultores en preparación para la siembra.