En periodista y conductor de La Mañana, Víctor Hugo Morales, hizo un duro editorial cuestionando al Gobierno de Javier Milei y señalando que “la tarea” que vino hacer para el establishment “ya está hecha”. Tras recordar la frase que pronunció Axel Kicillof durante un acto en el que llamó a “gobernar para el pueblo”, dijo que esta tarea es “muy difícil” cuando frente a cada decisión está el círculo rojo y “las pocas llaves destinadas a los pobres suelen estar en la tangente”.

El editorial de Víctor Hugo Morales

Gobernar para el pueblo es muy difícil. Eso que pide Kicillof, lo puede hacer él, lo hace él. Me da la sensación de que en ese sentido no defrauda. Pero la triste realidad es que cuando te sentás frente a la botonera del poder, todos es rojo, es un círculo infernal, y las pocas llaves destinadas a los pobres suelen estar en la tangente.

Las Cortes Supremas, los jueces, el periodismo, los empresarios, los ricos del campo, la Unión Industrial Argentina, el sentido común que ahora es el que ellos imponen, los bancos, la embajada de Estados Unidos y la AmCham con sus negocios: todo juega en contra del pueblo.

Pero peor es aún cuando el que se pone los auriculares como un piloto de avión y mira el tablero a ver qué hace es uno de ellos. Uno como Milei. Un jugador de toda la cancha del sistema. Un empleado de lujo que ahora anda corriendo en la tapa de Clarín detrás de los perros en el patio de la Casa Rosada.

Porque la tarea para el establishment está hecha. Le puede pegar algún sablazo el Clarín o La Nación por lo del juez Lijo, porque que Magnetto no quiere en la Corte alguien que no esté totalmente controlado, alguien que no le haya besado la mano. Ese es un pequeño problema en medio de todo lo que Milei les resuelve a favor.

Porque en lo económico, en lo que decide la vida de la gente, como dice Kicillof, Milei gobierna para ellos y se cubre con planes sociales. Y con algunas complicidades que no es bueno imaginar, porque uno se enferma cuando ve la calma chicha en medio de la brutal decadencia. Porque las traiciones también juegan para el sistema.

Un banco no le da la espalda a un gaucho de la Sociedad Rural. La CAME se queja de los aumentos, pero va y firma el Pacto de Mayo, y "le pertenezco, señor". Los que gobiernan para el pueblo tocan un peso del Banco Central y el sistema pone el grito en el cielo.

Ellos sacan el oro, juegan con las pepitas en las reuniones y los lingotes se los entregan a Londres como contrabandistas que a la noche, como en las películas, pasan la mercancía de un barco al otro, con un farol que alumbra sus rostros de maleantes. Así es que se ve a Caputo.

Está bien lo que dice Kicillof, pero que lo intente él. Que no cuente con muchos otros. De ninguna manera.