Ante el desplome del consumo masivo de los últimos siete meses, algunos supermercados pusieron en práctica una estrategia para incentivar las ventas y aumentar su competitividad: aceptarán dólares como medio de pago.
"Tomamos tus dólares y al mejor precio" anuncia la cadena Diarco, pionera en este tipo de prácticas para hacer frente a la crisis económica propulsada por las políticas del gobierno de La Libertad Avanza.
En su sitio web, la empresa especifica cuáles son las condiciones para realizar pagos con la moneda estadounidense. Por ejemplo, afirma que éste método de pago sólo se aplicará en sucursales mayoristas. En tanto, aclara que recibirá los dólares "cara chica, cara grande, arrugados, viejos, manchados o dibujados".
Por otro lado, indica que se podrán usar el "Dólar Diarco" sólamente para abonar "compras iguales o superiores al monto en pesos convertidos de los dólares entregados". También remarca que, "si la compra supera el monto convertido", los consumidores podrán pagar el "saldo restante en pesos", ya sea "en efectivo, débito, billeteras virtuales o crédito en un pago".
Por otro lado, la empresa agrega que la "cotización" del "Dólar Diarco" se informará diariamente en su sitio web y sus sucursales físicas. Este jueves, por ejemplo, los reciben a un valor de $1.400 —es decir, un valor más alto que el blue, que actualmente se ubica en $1.355—.
Qué cadenas se sumaron a las ventas en dólares
Sin embargo, Diarco no es el único que activó una estrategia comercial para aumentar sus ventas en medio de la crisis. A éste los siguieron algunas cadenas mayoristas del interior del país, principalmente de Río Negro, Neuquén y Córdoba, aunque bajo otras condiciones para la aceptación de los dólares en sus sucursales.
Los mayoristas Tehuelche, Vital y Yaguar, ubicados en las provincias sureñas, ya están recibiendo pagos en dólares, pero con algunas restricciones respecto al estado o el modelo del billete norteamericano.
El mayorista de materiales para la construcción, HiperTehuelche de Neuquén, acepta el pago con dólares a $1.265, pero no recibe billetes "cara chica", ni con rayaduras o sellos, sino que deben estar en perfecto estado.
Por su parte, en el supermayorista Vital también toma dólares a una cotización de $960 y tampoco aceptan billetes "cara chica".
La misma postura implementaron en la cadena de venta al por mayor, Yaguar, pero con una cotización más cercana a la de Diarco al ubicarla en $1.390.
En Córdoba, la cadena Super Mami recibe dólares para cualquier compra a una cotización de $1.375, por encima del blue. La decisión incluye aceptar dólares "cara chica" pero no tomarán dólares dañados, rotos o pintados.
Los supermercados del Grupo Dinosaurio ya venían aceptando el pago con la divisa estadounidense desde hace un año pero la posibilidad estaba limitada a un grupo de clientes determinado.
Histórico derrumbe del consumo masivo
Según cifras de la consultora Scentia a las que accedió el periodista Leandro Renou para Página|12, en julio, el consumo en hipermercados, comercios barriales y pymes se desplomó 16,1 por ciento interanual, 4 puntos más de caída que en junio (que se ubicó en 12,4).
El pronóstico de la crisis es desalentador. Lejos del lema "lo peor ya pasó" que esgrimió el presidente Javier Milei durante una reunión con empresarios del Consejo de las Américas, el sector asegura que en la primera semana de agosto el consumo en comercios cayó más de 21 puntos —datos a los que accedió este diario—.
Para muchos especialistas, el panorama actual representa "una catástrofe nunca vista". La regresión del consumo masivo que marcó julio es la más importante de la historia argentina. Los comercios de todo tipo y color hoy venden menos que en la crisis del 2001, la pandemia y lo peor de la crisis del Gobierno de Mauricio Macri, y no hay hitos recesivos parecidos.
Es la primera vez, según pudo constatar este diario, que para la medidora Scentia —que reporta tickets en todo el país en el 100 por ciento de los híper y 17500 autoservicios— hay siete meses de caída consecutiva del consumo masivo en niveles tan elevados, cuando además se venía de 7 meses de crecimiento consecutivo: en enero de este año, el consumo cayó 3,5; 4 en febrero; 7,4 en marzo; 13,7 en abril, 9,9 en mayo; 12,4 en junio y 16,1 en julio. Acmula una baja del 9,4 en el año.