Octavio Paz escribió en El laberinto de la soledad: "El rajado es de poco fiar, un traidor o un hombre de dudosa fidelidad, que cuenta los secretos y es incapaz de afrontar los peligros como se debe”.

Si bien el análisis de Paz en este texto fundamental de hace casi medio siglo de las letras mexicanas hace alusión a las máscaras del mexicano, podemos afirmar que lo de “el león”, fue rajarse (echarse para atrás), dada su cancelación a la visita programada para participar en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), que se celebrará en la capital del país el 24 de agosto.

El presidente Andrés Manuel López Obrador desde la asunción como mandatario de Javier Milei, marcó su distancia como lo ha hecho con todas las formas del fascismo. Ha sido insultado, increpado, difamado, aludido con violencia por el argentino, desconociendo que la afición de AMLO y su principal metáfora en el manejo de la política interna y exterior hacia sus adversarios “nunca enemigos”, como sigue sosteniendo: es el béisbol. No ha dejado de batearlo.

“Gachísimo” decimos en Ciudad de México como adjetivo de lo deforme, lo burdo, lo impreciso y descolocado. Aplica para el pésimo momento en que situó la cumbre neofascista de la ultraderecha CPAC, el ex precandidato presidencial: Eduardo Verástegui, su organizador y amigo de Javier Milei. Ex galán de telenovelas, modelo y compañero de viajes en los tiempos de derroche del expresidente Enrique Peña Nieto, sólo a Verátegui se le pudo ocurrir plantear la cumbre a escasos días de la conmemoración en América Latina del día del detenido desaparecido.

A pregunta expresa por parte de la prensa, Andrés Manuel López Obrador y ante la expectativa de una posible reunión con Milei, el político nacido en Macuspana Tabasco y que vive sus últimas semanas en Palacio Nacional como presidente, se negó rotundo al encuentro. Lo que hizo fue anunciar para esas mismas fechas en que Milei visitaría México, un homenaje nada menos que para Hebe de Bonafini y a las Madres de Plaza de Mayo.

Tomando en cuenta la visita reciente al ex militar genocida, Alfredo Astiz a la Cárcel de Ezeiza por parte de integrantes de “La libertad avanza” y ubicando desde México las declaraciones, acciones e intentos por borrar las secuelas de los horrores, incluida la lucha por la memoria y las causas aún abiertas en busca de justicia para los crímenes cometidos por la junta militar durante la dictadura argentina , proyecto de antimemoria del llamado negacionismo libertario, resulta que desembocamos en un combo de significaciones y fechas en el México de la Cuarta Transformación con nada de viento a favor para Milei, fechas y circunstancias que empedraron aún más el imposible camino para su indeseable visita.

En México comienzan a instituirse sitios de memoria, por fin a revisarse y a desclasificarse archivos del movimiento estudiantil de 1968 y de aquella policía política que torturaba, ejecutaba, perseguía y desaparecía a guerrilleros y opositores en los años 70s en la República Mexicana. Hoy el gobierno de México ha inaugurado y continúa inaugurando precisamente la próxima semana habrá uno más, “sitios de memoria” que recuerdan en mucho, como es el caso de “Circular de Morelia 8” ubicada en la Colonia Roma de la capital del país, al ex casino de oficiales de la Escuela Superior de Mecánica de la Armada en Buenos Aires, la ESMA.

Programada con meses de antelación y como si se anticipara a la posible llegada del presidente argentino a Ciudad de México, así como a la propuesta de homenaje a las Madres también argentinas por parte de AMLO; uno de los espacios de cultura y arte más importantes del país, en el Centro Nacional de las Artes / CENART, la artista plástica argentina radicada en Mar del Plata, Mariali, inaugura la exposición: “Madre de la rebeldía” en homenaje a Hebe de Bonafini y las Madres de Plaza de Mayo, así como una serie de intervenciones escénicas en co-creación con la compañía mexicana: (…) Teatro.

También programado para el próximo sábado 24 de agosto por la noche en las afueras del Hotel Intercontinental sobre Paseo de la Reforma, estaba cantado el acto de protesta organizado por la comunidad Argenmex, como se hacen llamar históricamente, argentinos y descendiente en sus orígenes llegados desde el exilio a nuestro país que lo es también de ellos.

Milei en México no habría corrido ningún peligro y contaría con sus libertades garantizadas, eso sin duda. Sin duda también en esa visita habría continuado insultando y retando con su ignorancia característica al Presidente Andrés Manuel López Obrador y también a la Presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo, a un mes y poco más de una semana de que le sea colocada la banda presidencial (Suponemos y esperamos tampoco se le ocurra acudir a dicha ceremonia).

En el mismo panorama, el frente de partidos que impulsaron a la grotesca candidata de la derecha en México tras las elecciones presidenciales del pasado mes de junio, respiran por la herida y fueron arrasados.

Milei nunca será bien recibido por el pueblo mexicano, ese pueblo como denomina AMLO a esa la comunidad que ha alcanzado una cualitativa trascendencia por el proceso de conciencia, revolución pacífica y de las ideas.

Pueblo de mirada crítica, militante y con experimentada acción participativa y en resistencias que se adquirió tras una lucha de casi dos décadas en el siglo actual de la mano de AMLO. El pueblo de México no olvida la falsa guerra impuesta en 2006 supuestamente contra el narcotráfico, obra un fascista que llegó a la presidencia por la vía del fraude. Se trata hoy del México que ha vivido en su historia reciente, episodios tan terribles como la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa durante el periodo neoliberal.

El “pueblo sabio” como nos llama nuestro aún presidente, sabemos que el rostro de un tipo como Milei, es inolvidable, tal como lo escribiera José Revueltas, también escritor mexicano y a quien Octavio Paz considerara el hombre más puro de su generación:

“Al fascismo hay que verlo cara a cara, en vivo, desencadenado, listo para adueñarse del poder: ¡Sobre todo los rostros!”.” Unas expresiones de odio impuro, viscoso. Los fascistas tienen un rostro inolvidable”.

*Alexandro Guerrero es un artista escénico mexicano, periodista, académico y activista en materia de Derechos Humanos.