Guillermo Fernández arrancó en la música de chiquito, y ya a los 14 era presentado en televisión como “el nuevo Gardel”. Por eso, ahora, el reconocido cantante de tango mira atrás y recuerda: “En el diminutivo (Guillermito) está la gente que me vio crecer, que me vio nacer. Es mi historia, es parte de mi vida”.
Este jueves, en un mano a mano con Víctor Hugo Morales, Fernández contó que uno de los primeros recuerdos que tiene con la música es un viejo Long Play que le regalaron para su quinto cumpleaños. Era de Gardel, y él no hizo otra cosa que imitarlo. Luego, con los años, cambiaría de espejo por el del "Polaco" Goyeneche.
De ahí el canto se convirtió en parte de su ADN. Debutó a los 13 en Grandes valores del tango. Y un año después, ya lo presentaban en la televisión brasileña como el nuevo Zorzal Criollo. “Fue una explosión. Fue impresionante. Para mí era una cosa natural. Yo me crié cantando”, dijo.
“A los ocho años cantaba en El rincón de los artistas. Para mí era natural. A los once años tomaba clase con Troilo. Mi viejo era un tanguero normal. Pero yo tenía consciencia de quiénes eran. Yo era muy musical, muy músico, y pensaba que cuando me decían algo por algo sería”, señaló.
De esta época también destacó una historia muy emotiva que lo vincula con el empresario de la televisión Alejandro Romay y su hijo Diego: “Cuando tenía trece años debuté en Grandes valores del tango y de un día para el otro me hice muy conocido. Canté solo, y al otro día con Goyeneche”, recordó.
“Por ese entonces mi papá se fundió. Uno de los socios agarró toda la plata y se fue. Mi viejo entró en una gran depresión, se metió en la cama. Yo recuerdo que en menos de seis meses el cabello se le puso blanco”, continuó.
Y añadió: “Cuando debuté a los 13 años me encuentro con Alejandro Romay. Le cuento lo que me pasó y le pedí que me ayude. Y lo llama al jefe de contrataciones y me hizo un contrato por todo el año y lo pagó todo junto en ese momento. Entonces yo volví con una bolsa de plata y le dije: ‘Tomá, comprá el departamento’. Y es el mismo departamento en el que vivo hoy en día”.