Las ventas en supermercados medidas a precios constantes cayeron 7,3 por ciento en junio respecto a igual mes del año anterior, anotando así la octava caída consecutiva según informó el Indec. En autoservicios mayoristas la contracción fue más pronunciada, del 14,5 por ciento interanual y además se profundiza mes a mes (mientras en supermercados la peor tasa de caída se dio en abril). Ambas mediciones confirman que no se avisora una salida a la crisis económica autoinfligida por el Gobierno de Javier Milei. Por el contrario, las familias parecen endeudarse cada día más, a juzgar por la importancia de los pagos con tarjeta de crédito en este último tiempo.

El ansiado rebote en forma de V corta será parte del relato de otro Gobierno, no este en donde la recesión ya suma más de un semestre. De hecho si la comparación se ciñe a los primeros seis meses de este año, se advierte una caída del 11,6 por ciento en el acumulado respecto a igual período de 2023, en el caso de las ventas en supermercados, mientras que en autoservicios la contracción fue del 12,6 por ciento acumulado. Caídas semejantes, como ya repetimos una y otra vez, se dieron sólo durante la pandemia del Covid-19 como antecedente cercano.

En junio las ventas en supermercados anotaron la octava caída interanual consecutiva, con una variación de menos 7,3 por ciento interanual y se mantuvo estable respecto de los niveles de mayo. El valor del ticket promedio en supermercados fue de 20.822 pesos, según describe el Indec, esto implicó una suba de 267,8 por ciento interanual, la cual no alcanza a compensar a la suba de la inflación minorista de 273,7 por ciento en igual comparación. La recesión interna y la caída del poder adquisitivo de los salarios y otras fuentes de ingreso en el país opera como contrapeso a la hora de remarcar precios.

En tanto, en los autoservicios mayoristas la baja fue de 14,5 por ciento interanual en junio y 0,5 por ciento respecto a mayo. Respecto del ticket promedio se advierte también un incremento por debajo de la inflación minorista en el período, el monto medio durante junio fue 30.581 pesos, esto implicó un aumento del 145,8 por ciento versus junio de 2023.

En cuanto a los medios de pago utilizados, las tarjetas de crédito lideran el ranking tanto en supermercados (43,7 por ciento del total) como en autoservicios (30 por ciento del total de operaciones). Las tarjetas no solo son alternativa para mantener cierto nivel de consumo ante la pérdida del poder adquisitivo de los ingresos de las familias, sino que se elijen por los descuentos y promociones que ofrecen muchos centros de compras. Las tarjetas de débito –que también permiten acceder a promociones y descuentos en distintos días de la semana- aparecen en el segundo lugar del ranking (pesan 30,4 por ciento en supermercados y 25,7 por ciento en autoservicios). En tercer lugar se realizan compras en efectivo (17,3 y 24,3 por ciento, respectivamente).

Las estadísticas de Indec también relevan el consumo en shoppings, que es indicador de la capacidad de compra de las clases altas y medias altas. El mismo “repuntó” 0,7 por ciento interanual en junio pese a que en el semestre marcó un deterioro del 14,2 por ciento interanual medido a precios constantes. Nuevamente, si se mira el ticket promedio de compra se advierte una caída en términos comparativos con la inflación, este arrojó un monto de 463.761 pesos que implicó un aumento del 220,5 por ciento interanual, es decir, por debajo de la inflación minorista.

En shoppings los productos más consumidos son indumentaria, calzado y marroquinería (38,2 por ciento de las ventas), luego ropa y accesorios deportivos (15,1 por ciento) y finalmente los patios de comida, alimentos y kioscos (con un 14,9 por ciento del total).