Alejandro Vandenbroele se fue ayer a la noche de los tribunales de Comodoro Py con la promesa de que, si se corrobora la información que brindó en la fiscalía de Jorge Di Lello durante nueve horas de declaración, podrá obtener beneficios en su situación procesal, como la reducción de una futura pena, aunque también será considerado su aporte si tramita una excarcelación. El supuesto testaferro de Amado Boudou –papel que le atribuyen la fiscalía y el juzgado de Ariel Lijo– habló sobre la trastienda de la negociación de la deuda de Formosa, por la que cobró 7,8 millones de pesos a través de la empresa The Old Fund, y se refirió a la ingeniería para el rescate de la imprenta Ciccone, donde esa misma empresa intervino en el levantamiento de la quiebra.
En la fiscalía de Di Lello evaluaron como algo relevante que Vandenbroele relatara “desde adentro” la trama y su participación en las maniobras y negocios que se investigan. Este abogado, que cinco años atrás fue acusado por su ex esposa Laura Muñoz de ser un supuesto prestanombre de Boudou, precipitó el ofrecimiento de un acuerdo en tribunales después de la detención del ex vicepresidente y de su socio y amigo José María Núñez Carmona, aunque venía negociando su confesión con la intermediación de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. El no fue arrestado pero sí quedó imputado por el juez Lijo como parte de una supuesta asociación ilícita integrada por todos ellos, que habría cometido diversos delitos, entre ellos lavado de dinero y la apropiación de Ciccone al facilitar el levantamiento de la quiebra, entre otras cosas.
Vandenbroele ya está en juicio por Ciccone junto con los mismos personajes, pero hay una parte remanente de esa investigación, donde se analiza en particular el papel de la AFIP y su ex titular Ricardo Echegaray. También está imputado por el contrato para asesorar a Formosa en la reestructuración de una deuda con el Estado en 2009 a través de The Old Fund, que acababa de ser creada y recibió los más de 7 millones en una cuenta en el Banco Macro. Por entonces Boudou era ministro de Economía.
Antes de esta declaración, Vandenbroele fue incorporado al Programa de protección de testigos e imputados. Ayer habló ante Di Lello sobre todos los casos que le atañen. Entregó algunos documentos y dio detalles sobre reuniones, lugares, los términos de las conversaciones y los personajes que participaron. En su relato están, como era esperable, Núñez Carmona, Boudou, el gobernador Gildo Insfrán y habría banqueros y empresarios. Su declaración no es ni una testimonial ni una indagatoria. Es un testimonio específico como arrepentido con miras a conseguir beneficios procesales. En la fiscalía le explicaron que podría llegar a lograr un tercio de la pena o la mitad. Para estos acuerdos está previsto que lo que se calcula es el delito en grado de tentativa, o menos.
La ley establece que este tipo de convenios se pueden celebrar en relación con investigaciones en curso, previo a la etapa oral. En este caso se da una situación particular: Vandenbroele está en juicio por un caso que aún tiene una parte remanente en el juzgado de instrucción, que correspondería a hechos distintos, producto de beneficios de la AFIP para salvar a Ciccone, pero posteriores a los que están en juicio oral.
Estuvo calmo durante la audiencia, con signos de agotamiento. Después de algunas horas compartió empanadas y pizza con el personal de la fiscalía y sus defensores oficiales. El acuerdo que firmó con Di Lello deberá ser homologado por el juez Lijo, quien tiene a cargo las causas que lo implican y en las que puede llegar a ser útil su declaración. Esto podría concretarse en una audiencia mañana por la mañana. Además de la reducción de la pena le dijeron que se podría contemplar su aporte si en algún caso tuviera que tramitar la excarcelación.