En abril de 2016 Mailén Frías hizo público que fue violada por José Miguel Del Pópolo, cantante de la banda La Ola que quería ser Chau. Su mensaje posibilitó que otras dos chicas se animen a contar que también padecieron violencia de parte de él. Un año después el músico fue acusado por cuatro hechos: tres de violencia sexual y una agresión física contra Mailén Frías, R y A (que pidieron que sus nombres sean preservados).
Luego de la irrupción masiva del Ni Una Menos en 2015, que logró visibilizar ante los medios y la opinión pública las múltiples formas en las que se manifiesta la violencia de género, fueron muchas las pibas que lograron romper el silencio para frenar la impunidad con lo que hasta ese momento gozaban en el mundo del rock músicos como Cristian Aldana, condenado a 25 años de cárcel por considerarlo responsable de seis casos de abuso sexual. En esa lucha se conocieron Mailen, R y A.
El martes pasado, con la palabra de las sobrevivientes como elemento probatorio principal, en los tribunales de la Ciudad de Buenos Aires comenzó el juicio contra Del Pópolo, acusado de “abuso sexual agravado reiterado y lesiones leves agravadas.”
Mailén trabaja en sonido, estudia diseño industrial, es madre y junto a R. y A. caminan juntas desde hace ocho años en búsqueda de una reparación por las violencias que sufrieron y para que su agresor no vuelva a violentar a nadie más.
En el video Mailen relató dos hechos de violación que sucedieron el mismo día, pero además hay un tercer hecho de violencia que sucedió en un bar donde Del Pópolo la agredió: "Estaba sentada charlando con una amiga, él pateó la mesa y me pegó en el pecho. Me quedó un hematoma y cuando se lo mostré me dijo que no se acordaba de nada", la negación de la violencia ejercida y la victimización fue el modus operandi con el que actuaba Del Pópolo cada vez que ejercía violencia.
¿Cómo llegaste a conocer a las otras denunciantes?
--Dentro de mi causa hay dos denunciantes más. A. es una chica que lo vio un solo día y también lo denunció por abuso sexual, ella se puso en contacto conmigo luego de ver mi video. La otra denunciante es R., su ex pareja, a quien conocí cuando recordé que él me había relatado algunos episodios de violencia en los que se victimizó diciendo que la violenta era R. Cuando lo denuncié y le conté a sus amigos lo que me había hecho me dijeron que estaba loca y que mentía. Ahí pensé ¿Será que él le hizo a R. lo mismo que a mí y quería que todos pensemos que estaba loca, que ella era la que lo maltrataba? Cuando hablé con R. lo primero que me dijo fue 'yo te creo, a mí me hizo lo mismo'.
Siete años tardó la justicia en llevar a juicio a Del Pópolo luego de su procesamiento en 2017 y la elevación a juicio un año después ¿Cómo viviste esa espera?
–A él le perdí el miedo desde que me violentó y me di cuenta que era una mala persona, que le gustaba hacerle daño a la gente y que actuaba de manera muy cobarde a través de mentiras y manipulación. Una vez que me di cuenta de eso, sentí que no podría volver a hacerme daño pero desde ese momento hasta ahora hubo un montón de revictimización de parte del sistema judicial, sobre todo porque no recibí ningún tipo de contención. Todo lo que fui haciendo fue gracias a mi familia, amigos y a que me daba cuenta que tenía que seguir adelante y que no podía quedarme esperando algo del sistema judicial que no iba a pasar. En lo personal me sirvió muchísimo más haber publicado ese video que haber hecho una denuncia ante la justicia, desde ese momento supe que si había manera de salir adelante era por mis propios medios.
¿Qué esperas de este juicio y qué significa para vos una reparación?
–Creo que las pruebas que hay son muy contundentes y las medidas que se fueron tomando también. La elevación a juicio y el procesamiento son muy claros y tienen una perspectiva de género. Estoy bastante entusiasmada con esto, pienso que las cosas van a salir bien, pero también lo que espero de manera personal es que él no pueda volver a hacerle esto a nadie más, eso sería la reparación para mí. Poder hacer algo por las otras personas que pueden llegar a estar en peligro y también por las chicas que en su momento no pudieron denunciar.
¿Es decir que de las tres que llegaron a una instancia judicial hay más chicas que sufrieron violencia de parte de él?
–Sí, un montón y algunas en su momento tenían 14 o 15 años y ni siquiera pudieron decirle a sus padres lo que les estaba pasando. Estoy en contacto con ellas, charlo, me cuentan cómo están, las ayudo en lo que puedo y ellas también me ayudan en lo que pueden, nos acompañamos.
¿En el camino judicial que él reciba una condena para vos sería una reparación?
--No, la condena para mí significa evitar que él le siga haciendo daño a otras personas, significa también que me crean y que mi palabra tenga valor. La reparación, en mi caso, la consigo por otro lado y no por una condena. Considero que pude seguir adelante con mi vida porque no me quedé esperando algo de la Justicia. El video para mí fue una manera de defenderme de una persona que no sabía si en algún momento la justicia iba a hacer algo al respecto por lo que me había hecho. Fue un modo de autodefensa.
¿Crees que cambió algo en el mundo del rock desde ese momento?
--Lo que cambió es que hoy las mujeres estamos un poco más alertas y enteradas entre nosotras de lo que sucede y del modo en que estas personas operan. Es menos difícil darnos cuenta cuáles son las red flag pero creo que en cuestiones de generaciones sigue siendo todo igual. Quizás todo el movimiento transfeminista haya cambiado a las nuevas generaciones, pero la realidad es que es muy difícil estructuralmente cambiar tantos años de cultura machista. Hay pocas personas que realmente se dieron cuenta que lo que estaban haciendo estaba mal y hay otras muy pocas que dejaron de hacerlo. Creo que hoy las mujeres estamos más enteradas y sabemos cómo manejarnos cuando una persona nos trata así o lo podemos alertar, pero no noto que haya cambiado algo porque de hecho hay muchos varones que en su momento dijeron cosas horribles sobre lo que nos pasó a nosotras y hoy están llenando lugares como Niceto, el Kónex y la gente los sigue yendo a ver. Son personas que en ningún momento pidieron disculpas o tomaron conciencia de lo que hicieron y siguieron su vida normalmente.
La visibilización de este caso es clave para que el poder judicial actúe con la perspectiva de género que amerita, Mailen lo sabe y por eso convoca a todxs aquellos que puedan darle difusión a su lucha: “Vamos a necesitar mucho apoyo y pedimos que quienes puedan acercarse nos acompañen a las audiencias”, previstas para los días 20 y 29 de agosto, 10 y 19 de septiembre y 1, 10, 22 y 31 de octubre desde las 12 en el Tribunal Oral en lo Criminal N° 25 en Paraguay 1536 (CABA).