En su casa natal, en Viña del Mar, su abuela siempre le decía que tenía que salir del barrio y explorar el mundo. A Norma Monserrat Bustamante Laferte ese consejo le había quedado grabado en la piel. Cuando empezó a cantar, de forma amateur y siendo una niña, recorrió Chile de norte a sur. A los veinte, en 2003, participó de un popular reality show de nuevos talentos emitido en la televisión chilena, Rojo, fama contrafama, y su oficio de cantante empezó a ganar visibilidad y reconocimiento. Cuatro años después, pegó un volantazo y decidió emigrar a México, en donde finalmente se transformaría en Mon Laferte, una de las cantantes con mayor proyección en América latina. Ahora Netflix acaba de estrenar un documental íntimo y osado que retrata la vida y obra de la cantante y compositora chilena-mexicana, que indaga en su dura historia familiar –sufrió desde carencias económicas hasta situaciones de abuso-, el desafío de ser madre y su desarrollo como artista.
Con dirección de Camila Grandi y Joanna Reposi Garibaldi, Mon Laferte, te amo es un documental que retrata desde escenas de su vida en Viña del Mar –con paneos a la casa de su infancia y fotos familiares- hasta una agitada gira por Estados Unidos, ya convertida en estrella del pop latinoamericano y en pleno embarazo. Lo interesante del film es que las directoras lograron capturar a una Mon Laferte terrenal, compleja, y de carne y hueso, con sus luces y sombras, sus fortalezas y debilidades. “Me sentí muy en confianza también al hablar con ellas, porque sentí que estaba contándole la vida a unas amigas. Entonces, no fue tan complejo ni tampoco fue una elección hablar deliberadamente de este u otro tema. Simplemente fue sucediendo”, explica Laferte sobre el rol de las directoras.
Desde el inicio del documental, Laferte expresa su necesidad de ser amada y combatir la soledad. “Toda la vida intenté demostrar que era suficiente”, dice en la película. Su abuela, cantante y compositora de boleros, le enseñó a cantar y a pararse en el escenario. Cuando tenía siete años, su mamá y su papá se separaron, una situación dolorosa que la marcó a fuego. Su papá se fue de la casa familiar y nunca más volvió a verlo. Se crió con su madre y su hermana, en un hogar signado por los problemas económicos. Una muestra de esa herida se refleja en la crudeza de la canción “Te vi”, dedicada a su madre, con la que tuvo tantos encuentros como desencuentros. "Yo aprendí a hacer toda clase de gracias y a ser encantadora por hambre", dice la también artista plástica en una escena.
En simultáneo, el film hace un seguimiento por las diferentes etapas de su embarazo, que se dio en el marco de la gira del disco Seis (2021). "Es algo que yo estaba buscando tanto", dice sobre la gestación de su hijo Joel. Laferte tenía en claro que iba a seguir subiendo a los escenarios y haciendo giras durante el embarazo. “No me pienso detener, voy a dar a luz en el escenario", bromea ante la cámara. De hecho, una escena del documental muestra a su hijo con pocos meses de vida en el camarín, siendo cuidado por una de sus asistentes mientras ella canta en el escenario. “Sí, para mí era importante retratar el tema de la maternidad, porque me cambió la vida profundamente”, le dice a Página/12. “Cuando empecé a conocer a mi hijo empecé a sentir ese amor del que tanto había oído hablar y entendí muchas otras cosas. También empecé a entender mucho a mi madre, desde otro lugar, ya como una mujer más grande. La maternidad me vino a enseñar mucho”.
En noviembre de 2019, a modo de protesta, la chilena posó ante los flashes con los pechos desnudos y un pañuelo verde en el cuello en la alfombra roja de los Latin Grammy con un mensaje escrito en letras negras: "En Chile torturan, violan y matan". Si bien el episodio no es central en el documental, la imagen aparece de manera fugaz en la presentación de la película. Además de denunciar la represión en las calles durante el gobierno de Sebastián Piñera, Laferte abrazó causas del feminismo como la interrupción voluntaria del embarazo o el derecho a decidir sobre el propio cuerpo. “Siempre he intentado mantenerme hablando públicamente sobre lo que creo que le puede importar a la gente, que es mi música o mi arte, y en definitiva es lo que yo tengo para aportar al mundo”, le dice a este diario. “Pero de pronto soy un ser humano y hay temas que me mueven y me gana un poco la pasión y aprovecho mi plataforma para hablar de las cosas que me importan, como un ser humano más”.
El documental conecta momentos de su intimidad con registros de su vida pública, con un buen trabajo de archivo, una narración atrapante y una fotografía sutil. Pero lo revelador, tal vez, son los difíciles episodios que Laferte transitó a lo largo de su vida: la temprana ausencia de su padre, las carencias económicas, una situación de abuso sexual infantil, una relación tóxica con una pareja veintiún años mayor que ella que la manipulaba y el acoso que sufrió durante cinco años por parte de un productor musical del reality Rojo. De algún modo, Laferte tuvo que afrontar experiencias difíciles y buscar nuevos horizontes para transformarse en una artista con voz propia, algo que empezó a madurar y consolidarse con su llegada a México, en 2007.
-¿Por qué buscaste en este documental contar experiencias tan personales e íntimas?
-No es que yo busqué hacer un documental o contar estas historias, sino que más bien llegaron a mí la productora (Blackstar) y el productor Jaime Villarreal con la idea de hacer un documental sin saber bien qué íbamos a contar exactamente. Empezaron a seguirme con la cámara mientras yo enfrentaba esta etapa de mi vida de la maternidad, el hecho de estar embarazada y mi primer concierto como mamá. Después poco a poco fue saliendo naturalmente la idea de la película. También sirvió mucho haber trabajado con las directoras, Camila Grandi y Joanna Reposi Garibaldi. Me sentí muy en confianza también en hablar con ellas porque sentí que estaba contándole la vida a unas amigas.
-¿Cómo trabajaste internamente ese grado de exposición?
-No estoy acostumbrada a exponer mi vida personal, siempre he intentado mantener el enfoque en lo que hago, que es mi trabajo en la música y el arte en general. Insisto, no es que yo busqué hacer un documental, sino que fue sucediendo y empecé a contarle mi vida a las directoras y naturalmente fue tomando ese camino. Siento pudor, honestamente. De hecho antes se habían acercado a mí para hacer un documental pero yo sentía bastante pudor y rechacé en el pasado algunas ofertas. Pero supongo que ahora tiene que ver mi edad, sentirme también más segura o de alguna manera sané ciertos episodios de mi vida. Entonces, ya no me es tan difícil hablar sobre esos temas públicamente. De todos modos, estoy bastante nerviosa... sobre todo por el tema del abuso. No creo que para ninguna persona, mujer, sea fácil hablar de temas así, incluso en un entorno de confianza, en tu lugar seguro, menos que se haga público en un documental.
-¿Aprendiste en estos años a aceptarte a vos misma, a trabajar la autoestima y a empoderarte? Al menos, ésa parece ser la síntesis del documental.
-Ese es como el resumen, sí, por eso el nombre. Antes, tuve una exposición de mi obra como artista visual en Chile que se llamaba Te amo también. Porque creo que es un poco el resumen de mis inquietudes y de lo que he estado buscando a lo largo de mi vida: ese amor más puro, sin interés. Con los años y la experiencia eso se ha ido calmando y me siento cada vez más tranquila con eso. Y con el amor propio también. Entender que hay personas en mi vida que me aman por quien soy y que yo también las amo por quienes son, simplemente. No tienen que hacer nada extraordinario para que los quiera.