La ofensiva ucraniana en la provincia rusa de Kursk el 6 de agosto sorprendió a todo el mundo. Si hasta fines de junio los principales analistas occidentales planteaban que se había llegado a una situación de estancamiento en los distintos frentes, la realidad desmintió los pronósticos de los expertos.

Lo que al principio fue presentado como una simple incursión de unos pocos centenares de hombres,