En la víspera de un nuevo encuentro con el presidente Mauricio Macri, los gobernadores tuvieron un round de negociaciones con el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, que asistió al cónclave de mandatarios en el Consejo Federal de Inversiones (CFI). En la Casa Rosada, se mostraban confiados en que hoy firmarán el acuerdo con el presidente Macri, con el que se verán al mediodía. No obstante, ayer no estaba todo cerrado: se hizo un cuarto intermedio hasta hoy a las 9 para continuar negociando.
El punto de la discordia eran los juicios cruzados entre la Nación y las provincias por 340 mil millones de pesos, que el macrismo pide que retiren. La inclusión en el acuerdo de los fondos de la Ley de Revalúo Fiscal, que serán coparticipables, y del financiamiento de las cajas jubilatorias parecía haber ablandado la postura de los gobernadores.
Desde que les entregaron el documento con el contenido de la reforma tributaria, los gobernadores comenzaron a hacer números con sus equipos económicos y a rezongar por los recortes que les exigía en los impuestos de ingresos brutos y sellos, además del congelamiento (o el recorte directo) de sus plantas de empleados públicos. Ayer los ministros de Hacienda y luego los gobernadores se reunieron en el CFI para elaborar una contrapropuesta. Al cónclave asistieron todos los gobernadores excepto Alicia Kirchner (que envió a su vicegobernador), Juan Manuel Urtubey (reunido con Macri, mandó a su jefe de Gabinete) y Alberto Rodríguez Saá. La provincia de Buenos Aires no tuvo representación. El gobernador de Corrientes, el radical Ricardo Colombi, advirtió antes de entrar: “El acuerdo está lejos.” No solo los opositores estaban molestos. En la previa, también estuvo el jefe del bloque del PJ en el Senado, Miguel Pichetto.
Tras una intensa discusión, en la que los gobernadores de Cambiemos jugaron fuerte por firmar hoy el consenso fiscal, definieron plantear su desacuerdo con el recorte de impuestos sin contraprestación nacional (y sin que quedara claro qué ocurrirá si no cumplen con las metas fiscales), el retiro de los juicios y el cambio del cálculo de las jubilaciones. En este punto, hubo consenso entre oficialistas y opositores: nadie apoya el nuevo cálculo para los aumentos de jubilaciones, que implica un recorte de 100 mil millones de pesos.
Una vez que llegaron a ese consenso, lo convocaron a Frigerio, con el que también tuvieron un intercambio largo y pedregoso. Desde el oficialismo vieron distintas actitudes por parte de los gobernadores. Por un lado, un grupo que jugó a favor: “Además de los nuestros, el representante de Urtubey y Schiaretti ahí estuvieron bien. Manzur y Bordet se quedaron callados.” En tanto, los “duros” plantearon su postura: “Insfrán quería patear todo para la semana que viene. Zamora estuvo muy hostil. Casas también estaba muy enojado, pero los otros gobernadores lo miraban con cara de que se callara.” Estos últimos plantearon que no habrá acuerdo si no se mejora la ecuación económica en función de los fondos que recibirá la provincia de Buenos Aires por la actualización del Fondo de Reparación Histórica del Conurbano: unos 40 mil millones de pesos en 2018 y 65 mil millones en 2019. “La Nación se va a tener que poner con nosotros también”, le dijo uno de los gobernadores. Frigerio les retrucó que ese punto era innegociable.
No obstante, hubo algunas concesiones de Nación que comenzaron a acercar posiciones. La primera fue incluir como parte del acuerdo el financiamiento del déficit de las cajas previsionales no transferidas a las provincias. También aceptaron que lo que ingrese por la Ley de Revalúo Fiscal que el macrismo envió al Congreso no irá cien por ciento al gobierno nacional, sino que se coparticipará.
De esta forma, compensarán algo del recorte que sufrirán las provincias por la pérdida de impuestos como ingresos brutos y sellos. Tras la negociación, se mantuvo la baja del 1,5 por ciento en ambos impuestos, pero se flexibilizó algo la curva de tiempo que tendrán para adecuarse. A cambio, los gobernadores deberán suscribir la Ley de Responsabilidad Fiscal, que les pone metas de reducción del déficit y aceptar los cambios que vienen de la mano de la actualización del Fondo del Conurbano (lo que incluye que el impuesto al cheque pasa a financiar a la Anses). Sobre todos estos puntos, el oficialismo sostenía que ya hay acuerdo con los gobernadores. Estos últimos planteaban que no estaba del todo cerrado.
A la salida del encuentro, Frigerio sostuvo que “se avanzó y hay optimismo”. ¿Qué traba el desenlace? Según el Gobierno nacional, los juicios cruzados entre las provincias y la Nación. Macri les había propuesto que hicieran “borrón y cuenta nueva” y desistieran de las demandas. “Algunas provincias mantienen todavía algunas dudas”, reconocían en la Nación. Según algunos de los gobernadores, también falta completar la negociación por el Fondo del Conurbano. No obstante, el clima en el oficialismo era muy optimista. Hoy se reunirán a las 9 a continuar la negociación con los gobernadores (seguramente se sume el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne) y a las 12 –si todo va bien– los recibirá Macri. “Este acuerdo es un corchazo para las provincias –comentaban en una gobernación– Están todos calientes, pero lo van a firmar.”