Javier Olivera Ravasi adquirió cierta notoriedad el año pasado por rezar con un rosario de balas. Es hijo del represor Jorge Antonio Olivera condenado por delitos de lesa humanidad cometidos en San Juan durante la última dictadura. Y si bien estuvo en la agenda estos días cuando se hizo público que fue él uno de los cerebros detrás de la visita de los diputados de La Libertad Avanza a los genocidas, es desde hace bastante conocido por su faceta de cura influencer.

Desde su sitio con videos, publicaciones e intervenciones públicas, alienta la batalla cultural contra “el socialismo”. En sus redes asegura tener como misión la contrarrevolución y difundir la "apologética católica", un corriente a la que adscribe porque defiende a la iglesia católica que estaría siendo atacada. En su blog vende clases particulares, misas por encargo, retiros ignacianos, métodos para detectar cuándo las “sanaciones son reales y cuándo no”, y hace propaganda de personas que dicen dedicarse a ayudar a los fieles a "salir de la homosexualidad". Difunde también hipótesis sobre supuestos lazos entre la Educación Sexual Integral y un propósito “antinatalista” que la ONU estaría alentando desde hace unos 20 años para “dominar a la población” y "quedarse con nuestros recursos naturales”.

Olivera Ravasi es un sacerdote graduado como abogado en la facultad de Derecho de la UBA y se doctoró en Historia en la Facultad Nacional de Cuyo. Le pesó su paso por la universidad pública: se tuvo que “tragar todo el sistema de adoctrinamiento básico común”, dice como guiño sobre el CBC. Es director de la academia San Elías, un homeschooling católico virtual para “educar hijos para el cielo” y que puedan "dar respuesta a este mundo que vivimos totalmente postcristiano".

Se lo puede ver promocionando su servicio de homeschooling virtual para toda Latinoamérica a través de un video en el que aparece rodeado de niños disfrazados de soldados de la Edad Media a los que les dice que las armas son para defender a Dios, la Patria y la Familia. Lo presenta como una alternativa para evitar mandar niños a las escuelas públicas, donde “te adoctrinan desde arriba”, y también a muchas de las privadas en las que “¡se sorprenderían!: incluso en las católicas enseñan teoría de la evolución".

Creacionismo, conspiranoia y terapias de conversión

En su sitio “Que no te la cuenten”, Olivera Ravasi comparte videos con sus reflexiones pero también entrevistas que realiza con quienes considera especialistas en interacciones entre lo humano y lo divino. La Educación Sexual Integral es un tema que le preocupa especialmente porque la entiende como una coartada para “introducir en la sexualidad a los chicos”.

Desconoce (o finge desconocer) que los lineamientos curriculares de la ESI en la educación inicial y primaria no tienen nada que ver con la definición estrecha de sexualidad entendida sólo como "genitalidad", sino que involucra contenidos vinculados a la expresión de sentimientos y de afectos (inteligencia emocional), la reflexión sobre roles y funciones atribuidos a mujeres y varones, la construcción de normas de convivencia para el cuidado del propio cuerpo y el de los demás.

Olivera Ravasi elige hablar de ESI con el “conferencista, músico y escritor” Nicolás Ponsiglione, autor de “Deconstruyendo la ESI”, “El fraude en la Educación Sexual Integral” e “Infancias adulteradas”. En la conversación denuncian lo que llaman ideología de género como “un gran anticonceptivo mundial”. Semejante conspiración se explica según Ponsiglione porque “hay gente con poder político y económico” interesada en “homosexualizar y castrar a la población, quieren destruir la fertilidad o bien torcerla”. Ponsiglione dice que Naciones Unidas presiona y extorsiona a los países debido a una "foucaultiana" obsesión con el control demográfico.

“Los que crearon la ONU en la posguerra, sus altos directivos, eran todos eugenesistas (SIC), quieren decidir quién se puede reproducir y quién no... esa es una gran estrategia bélica. (…) está demostrado en países que la aplican hace mucho que, si en la educación se incorpora la perspectiva de género, baja la natalidad, los pibes no se reproducen, se castran. No forman familia, el varón se aleja de la mujer. No tengo pruebas pero estoy seguro de que los gobernantes deben tener cuotas de natalidad y por eso salen como sea a bajarla”, argumenta.

Olivera Ravasi adhiere a esta idea y suma a modo de ejemplo local a la Fundación Huésped como una de las “tantas organizaciones que en Argentina se dedican al control poblacional, abortistas, casi eugenésico”.

El religioso recomienda también algunas de las llamadas terapias de conversión que prometen ayudar a “salir de la conducta homosexual” y muestra casos de éxito de varones que llevaban una “vida y práctica homosexual” pero que lograron encontrarse con la verdad y reencauzar su libido para constituir una familia "como dios manda" o recluirse en la castidad.

El capellán también niega la teoría de la evolución que “tanta mella ha hecho en los ambientes periodísticos, en las escuelas, en las universidades y con lo que tanto se machaca”. No puede creer que incluso en los colegios católicos a los chicos se les enseñe que “el hombre viene del mono”, por eso aboga por un homeschooling verdaderamente católico (servicio que también ofrece).

Dice que la Inquisición, las Cruzadas, “el caso Galileo y la conquista de América contada como genocidio son mitos típicos sobre la historia de la iglesia que enseñan en la UBA”. Como profesor a cargo de la materia de Sociología en secundarios, trató de desmenuzar aquellos mitos con sus “libros de historia en la mano como para que los chicos generaran anticuerpos, una vacuna antirrábica para poder, el día de mañana, responder ante esas mentiras o relatos ideológicos que se iban a encontrar en la universidad”. Y de ahí esa frase que da título a su blog: “Que no te la cuenten”.

Represores de fiesta

El capellán fue parte de la fiesta en la que este verano, el 3 de febrero, Jorge Olivera tiró la casa por la ventana en ocasión de las bodas de oro con Marta Ravasi. Este represor es uno de los principales responsables del plan sistemático de desaparición de personas durante la última dictadura en San Juan, ahora con prisión domiciliaria y varias veces fugitivo. El festejo fue en la casa del matrimonio en Vicente López y su hijo, el padre Javier Olivera Ravasi, esa noche acompañó la renovación de votos de sus padres y brindó un discurso que daba ya entonces cuenta del grado de esperanza que tenía ese sector político y social de cara al inicio del gobierno mileísta.

Sobre un escenario en el que poco después cantaría Palito Ortega, Javier Olivera Ravasi dijo sentirse orgulloso de que su padre hubiera defendido la patria contra el comunismo terrorista de la década del 70. 

El cura aseguró que toda la vida sus padres lo acompañaron y que la condena por delitos de lesa humanidad es una “cruz” que llevan con alegría. “Porque todo lo que la cruz toca lo termina fructificando”. Así se refirió el cura a la historia de su padre, quien fue carapintada durante el alfonsinismo y en los 90 se convirtió en abogado e inició causas contra el Estado Argentino y participó en la defensa de otros militares como Guillermo Suárez Mason y Emilio Massera, y del criminal de guerra nazi Erich Priebke radicado en Argentina.

Habló también de las esperanzas depositadas en la entonces flamante vice “Victoria” (nombrada con nombre de pila) y las expectativas en que Milei tenga “los huevos” de exigir la liberación de “todos los presos políticos” que se encuentran, como Jorge (Olivera) “injustamente encarcelados por haber luchado contra el comunismo internacional para salvar a la Argentina del trapo rojo” y de “los montos”. El rol de Olivera Ravasi fue claro como nexo para la reunión de diputados libertarios con represores en Ezeiza en pos de buscar caminos para su liberación.