Madres y padres buscadores honraron la memoria de sus hijas desaparecidas con la colocación de siluetas de madera en la plaza principal de la capital del central estado mexicano de Puebla.
Familiares, amigos y padres tomaron las siluetas y comenzaron a escribir los nombres de las personas desaparecidas, así como frases, oraciones, la edad y fecha a la que desaparecieron. Poco a poco también fueron colocando adornos como flores, fotografías y mariposas.
En el lugar se dieron cita familiares de Paulina Camargo, quienes organizaron la actividad para conmemorar los nueve años de la desaparición de su hija, quien entonces contaba con siete meses de embarazo.
Rocío Limón, madre de Paulina, relató que este 25 de agosto se cumplen nueve años de la desaparición de su hija y no tienen respuestas o indicios de dónde podría estar, aunque el implicado en el caso, José María 'N', expareja sentimental de su primogénita, aseguró que la mató y la tiró en un contenedor de basura en una colonia de la ciudad. Sin embargo, hasta ahora no se ha localizado el cuerpo, pese a la búsqueda en los rellenos sanitarios y otros puntos de Puebla y estados vecinos.
“La ausencia del ser que amas, del no poder encontrar justicia a través de meses que se convierten en años, lo más difícil es vivir como madre vacía, con un vacío enorme, porque me arrebataron a mi hija, lo más amado que una madre amorosa puede tener, me arrebataron el derecho de ser abuela, el derecho de ser madre, eso ha sido lo más difícil”, expresó.
Jesús Guerrero Pérez, un padre buscador, recordó que su hija tiene cinco meses desaparecida junto a su amiga huérfana, quienes asistieron a una fiesta y ya no regresaron a casa. Contó que vive en Ciudad de México y viaja periódicamente a Puebla para dar seguimiento al caso y apoyarse en otras personas que están pasando por lo mismo, debido a que no existen indicios de quién se pudo llevar a las dos mujeres, ya que en la zona no había cámaras de videovigilancia que ayuden a la investigación.
“Yo solicitaría que la autoridad fuera más empática, más 'ad hoc' con la situación que uno vive, porque a lo que podemos llamar enfermedad nos traga, nos devora, porque no tenemos conciencia, ni la sapiencia de dónde están nuestros hijos o nuestros seres queridos", señaló.