“Yo creo que el tango son pequeñas historias contadas al oído como quien pasa un dato, como quien dice un secreto”, dijo Hernán Lucero ante la pregunta de Víctor Hugo Morales. Por la 750, el artista que encuentra su máxima inspiración en Carlos Gardel, asegura que en su interior hay una mezcla. Es la influencia del Zorzal Criollo, pero también de Gustavo Cerati, Charly García, Fito Páez y el rock nacional.
Esta definición con la que Lucero rompió el silencio la venía masticando después de haber visto un show del Tata Cedrón, de haberse quedado buscando una explicación ante lo que definió como una “extraordinaria capacidad de cantarte una historia al oído que te cuenta tu propia historia”.
“El tango son historias que te cuentan tu propia historia”, enfatizó mientras metió en tema su show Herida absurda, donde junto a Virginia Innocenti mezclan clásicos del tango y un poco de actuación para contar una historia de “dos que se enamoran” ensayando un homenaje a Carlos Gardel.
“Es una idea de Virginia. Es una suerte de dramaturgia contada con tangos. Cosa que me tiene entusiasmado. Porque yo soy cantor de tango que hace de actor en el escenario”, añadió sobre el espectáculo.
En la entrevista, además, Lucero recordó una anécdota sobre sus primeros pasos en el ambiente de la música rioplatense. Fue cuando tenía 19 años, visitó el Bar del Chino y cantó unas canciones en el escenario.
Tras su intervención, contó, tuvo un acercamiento: “Me llama un tipo que estaba en la barra y me dice ‘pibe, vení, ¿no querés ir a un concurso?’. Me pasa el dato del concurso que hace Rubén Juárez”.
A los pocos días Lucero fue al concurso y donde tenía que cantar una canción, Juárez lo hizo cantar cuatro. Él siguió en pie después de 30 concursantes. Clasificó a la siguiente instancia. Pero nunca le dio mucha importancia y no se presentó.
“Yo cantaba por berretín, no fui. Cuestión que no había celulares, yo vivía con mis viejos. Entonces mi vieja me cuenta que me llamó Rubén Juárez para preguntar por qué no había ido a concursar. Charló él con mi vieja y le dijo que no deje de cantar nunca”, finalizó el relato.