Con dos semimontados de obras de teatro de origen chileno comenzó en CABA la cuarta edición del ciclo "Archidrama", que tiene como finalidad generar un cruce entre Chile y Argentina. Los espectáculos son Lauri y Lú, con texto de Ana Corbalán y dirección de Emiliano Dionisi, y Atlantium, de Pablo Greene, con dirección de Pilar Ruiz. Las funciones son en el Centro Cultural MATTA, de la embajada chilena en la Argentina. Allí también habrá conversatorios con los dramaturgos y directores de ambos países y charlas sobre las realidades de las artes escénicas a los dos lados de la cordillera.
El encuentro se realiza en la Argentina y Chile desde 2018. Tiene una dinámica interesante: los organizadores eligen dramaturgos y directores que, por sus características, representan a las nuevas dramaturgias de sus países. Cada participante presenta dos textos de su autoría para que se realice la selección y curaduría de uno de esos materiales. Después, cada uno recibe una obra de su contraparte del otro país, para realizar un semimontado. Así quedan conformadas las duplas. El director encargado del montaje elige a los actores y actrices, con el único requisito de que residan en el país donde se realizará el espectáculo. Se destina un mes y medio a ensayos y se organizan dos funciones de cada obra. En síntesis: las obras chilenas son representadas en Argentina con montaje a cargo de director local, y lo mismo sucede a la inversa con los materiales argentinos.
"El principal objetivo es conocernos entre Chile y Argentina. Desarticular esa enemistad que se gestó durante las dictaduras de ambos países por cuestiones territoriales, una enemistad impuesta, ya que siempre cuando en un territorio las partes hermanadas se separan es mucho más fácil dominar y conquistar", comenta Florencia Bendersky, directora de "Archidrama" en conjunto con Rodrigo de Diego (Chile). "Algo de eso quedó en la población de los dos países, y buscamos que se desarticule. Nos parece que las escénicas, sobre todo los lenguajes y territorios que empiezan a aparecen en las obras, nos hacen mirar al otro no como un enemigo sino como un par. A los dos lados de la cordillera tenemos las nismas problemáticas. Nos vamos dando cuenta a partir de los textos que van llegando. Eso se refleja; los espectadores agradecen encontrarse con estos materiales y muchas veces, en los debates al terminar las funciones, dicen: 'no sabía que en Chile les pasaba lo mismo que a nosotros', y viceversa", completa.
El germen del proyecto se remonta a 2016, cuando ella trabajó con un texto chileno de Valentina Vallejos (Yo quiero ser Patti Smith) y buscó apoyos para la producción. Así generó los lazos necesarios para realizar el ciclo, que actualmente se arma en colaboración con la Escuela de Teatro de la Universidad Católica de Chile, el Centro Cultural MATTA Embajada de Chile, la Embajada Argentina en Chile y De Lirio Producciones. En ediciones pasadas han participado María y Paula Marull, Francisco Lumerman, la propia Bendersky, Anahí Ribeiro y Lorena Romanín, entre otres.
En el centro cultural de la calle Tagle (esquina Avenida del Libertador, entrada por Plaza República de Chile), las funciones comenzaron este lunes y se extienden hasta el jueves, siempre a las 19 y con entrada gratuita. El martes y jueves se podrá ver Atlantium, y el miércoles, Lauri y Lú -que estrenó el lunes-. En la primera, dirigida por Ruiz, actúan María Victoria Felipini, Iván Moschner y Matías Corradino; en la segunda, a cargo de Dionisi, Sol Agüero, Esteban Lamarque y Federico Vilaro. El miércoles, luego de la función, se realizará la charla "Otras redes", con Rodrigo Zarricueta, director general del Teatro Puerto (Chile) y Juan Coulasso, director artístico del Espacio Roseto. El jueves hay otro encuentro titulado "Creadoras en red", acerca de las experiencias, desafíos y problemáticas que enfrentan las mujeres en las artes escénicas.
La propuesta, claro, continúa en Santiago de Chile, donde, el 15 y el 16 de octubre, se verán El apego, de Dionisi, dirigida por Ana Corbalán y El nuevo milagro de las langostas, de Ruiz, dirigida por Pablo Greene. Ambos semimontados se presentarán en el Teatro de la Universidad Católica de Chile.
En cuanto a las temáticas de los espectáculos, "todos los años hay un hilo", señala Bendersky. "Buscamos armar duplas en las que los materiales puedan dialogar entre sí. Este año se da un cruce hermoso entre Emiliano y Ana: ambos escribieron sobre lo filial y la pérdida. La obra de Corvalán trata de dos hermanos que después de la muerte de la madre van a vaciar la casa de la infancia y hacen un recorrido histórico muy hermoso y doloroso. Después, llega una figura que los descoloca un poco. El apego, la obra de Emiliano, habla sobre un muchacho que acompaña a su padre en los últimos momentos de su vida", cuenta la actriz, directora, dramaturga, guionista, docente y productora.
En tanto, las obras de Greene y Ruiz "abarcan lo político", apuntan al "territorio". Atlantium es "una comedia basada en un hecho real de un chileno que formó una micro nación en Australia". El nuevo milagro de las langostas -ganadora del segundo premio del concurso de dramaturgia "Potencia y Política", organizado por la Cámara de Diputados- "trata sobre los monocultivos, el uso de agrotóxicos para generar cosechas más prósperas pero dañando territorios y a la gente que los habita", precisa Bendersky. "Si bien las obras tienen humor, es interesante la mirada que ellos dos tienen del teatro como instrumento político", define.
"'Archidrama' también implica promover el trabajo de los teatristas en la región. Se convocan actores y grupos técnicos, lo que amplía el trabajo local en cada país. Y la mirada empieza a estar en la región. En Chile nos contaban que ellos estaban acostumbrados a ir a encuentros a otros países, pero, por ejemplo, cuando iban a Alemania, ellos hacían las obras alemanas pero allí no se hacían sus obras", dice la directora del ciclo. Y concluye: "La hermandad empieza a suceder a partir de que las imágenes del otro también pueden ser las nuestras".