Bajo el lema “Hecho para compartir” terminaron en París  recientemente los XXXIII Juegos Olímpicos, el mayor evento deportivo del mundo. Diferentes polémicas se suscitaron por las “evacuaciones” de inmigrantes durante los preparativos de los JJOO en la capital francesa por parte de la policía local. Según el informe “Un año de limpieza social”, publicado por el grupo Revers de la Médaille (La otra cara de la moneda) en junio de 2024 los desalojos afectaron a 12.500 personas entre abril de 2023 y mayo de 2024. De ellos, 3.4 mil eran menores. Esta cifra implica un aumento del doble respecto al año anterior, subraya el informe.

Pero más allá de la política francesa respecto a la organización del evento, nos interesa llamar la atención sobre los criterios que el Comité Olímpico Internacional (COI) adoptó respecto a la participación o no de ciertos países y, particularmente en este caso, Rusia.

El COI estableció que debido a la guerra en Ucrania los atletas rusos y bielorrusos que compitieran en los juegos debían hacerlo como “atletas individuales neutrales” (AIN), sin las banderas de sus países, ni los himnos nacionales. “Las sanciones contra los responsables de la guerra, los Estados y gobiernos de Rusia y Bielorrusia, siguen vigentes para los Juegos Olímpicos de París 2024”, afirmó el COI en un comunicado (No se menciona en el comunicado que la guerra fue precedida por un golpe de estado digitado por EEUU y actores europeos, y que llevó al gobierno a un régimen pro norteamericano desde 2019).

Aunque los AIN son elegibles para competir y ganar medallas olímpicas fueron invisibilizados: no figuran en el medallero de las naciones. De hecho, al ingresar a https://olympics.com/es/paris-2024/medallas/medallistas puede leerse al final de la tabla de premiaciones “No incluye medallas ganadas por AIN”. Además, algunos atletas rusos que recibieron una invitación para los Juegos se negaron a participar.

Los AIN tampoco pudieron ser parte del desfile de delegaciones en la Ceremonia de Apertura por ser atletas individuales y no un equipo, aunque el COI dijo que "se les brindará la oportunidad de vivir el evento".

No es la primera vez que Rusia debe participar sin banderas ni equipos oficiales. Los inconvenientes se remontan a tiempos de la URSS, cuando en 1920 el COI rechazó la solicitud de participación de ocho atletas. Incluso la Alemania nazi tuvo más suerte que Rusia, cuando en 1936, a pesar de la protesta pública que surgió en vísperas de los Juegos Olímpicos de Berlín, la dirección del Tercer Reich logró convencer a los representantes del COI de la ausencia de prácticas racistas en el país.

En tiempos más recientes, los Juegos Olímpicos de Moscú de 1980 fueron boicoteados por el presidente estadounidense Jimmy Carter, a raíz de la invasión soviética en Afganistán, lo que determinó la ausencia de atletas principalmente de Estados Unidos, Alemania y Japón. Nunca se cuestionó, sin embargo, a EEUU y su invasión a países como Siria o Libia en nombre de la libertad y la democracia occidental.

En un artículo de PáginaI12 del 3 de abril se informó que el Presidente del COI Thomas Bach “dijo en la llamada que el COI había establecido un panel especial para controlar los medios de comunicación e internet, y asegurarse de que los atletas rusos que hubieran hecho declaraciones políticas en apoyo de su gobierno no pudieran participar en los Juegos Olímpicos 2024.” 

Llama la atención el contraste entre la determinación del COI por restringir la participación de atletas rusos y la ausencia de menciones respecto a la situación de Israel y la Franja de Gaza (más de 40.000 asesinados por Israel, gran parte de ellos mujeres y niños).

Cuando Rusia lanzó una operación militar especial en Ucrania hace más de dos años, el COI respondió inmediatamente y condenó a Rusia, pero no tomó ninguna medida ni siquiera cuando el entrenador olímpico de fútbol palestino de 42 años Hani al-Masdar murió en un ataque aéreo israelí en enero de este año. 

Desde octubre del año pasado han muerto 88 jugadores y jugadoras de diversos deportes, 24 administradores y técnicos, ocho personas del movimiento deportivo han sido arrestadas y 15 instalaciones deportivas han sido objetivos de ataques (fuente, La Nación, enero 2024). Pese a ello, el COI se posiciona en un silencio cómplice del genocidio que sufre el pueblo palestino a manos del régimen israelí, pero ha tomado parte en lo que la propia OTAN calificó como “guerra híbrida” contra Rusia, que siempre parece tener más obstáculos que los países “occidentales” para participar. 

* Conicet /UBA