Un cóndor andino fue liberado el viernes último en Piedra del Molino, en el departamento Cachi. El ejemplar es un macho joven que fue hallado sin poder volar en el pueblo de El Encón, en el municipio de Rosario de Lerma. Estuvo en observación y tratamiento en la Estación de Fauna Autóctona (EFA).

Wayna (joven en quechua) es el nombre del cóndor andino macho que fue liberado luego de ser rescatado a fines de julio por personal de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la provincia y de la Gendarmería Nacional. El cóndor había sido encontrado imposibilitado de volar, en una finca de El Encón Grande, en la zona del Valle de Lerma de la provincia.

Un equipo formado por la veterinaria Luciana Borelli, jefa de Programa Estación de Fauna Autóctona, y veterinarios que integran la EFA trabajaron en el proceso de cuidado, recuperación y liberación del cóndor andino (Vultur gryphus). Borelli dijo que se trató de una "liberación exitosa en todos los sentidos", porque se pudo hacer todo lo requerido en la estación, con nuevas instalaciones que les permitieron hacer una rehabilitación correcta y que el animal permaneciera más tiempo en la estación de fauna. 

Borelli insistió en que fue posible realizar toda la rehabilitación en Salta gracias a las mejoras de infraestructura llevadas a cabo en las instalaciones de la EFA y, a diferencia de ocasiones anteriores, no fue necesario trasladar el animal rescatado a Buenos Aires.

Además, debido al convenio que la provincia aún tiene con la Fundación Bioandina, las muestras de plomo tomadas al cóndor se enviaron directamente para su análisis a Buenos Aires, mientras que en la Universidad Católica de Salta se desarrollaron los chequeos sanitarios bajo sedación, análisis de laboratorio, placas radiográficas y ecografías.

La veterinaria contó que el cóndor tuvo una rehabilitación corta y que suponen que se trató de una intoxicación con algún órganofosforado. La intoxicación por este elemento se suele dar por algún contacto cutáneo, inhalación o entrada por vía digestiva de pesticidas que contienen estos compuestos. Usualmente está presente en el control de plagas dentro del ámbito de la agricultura. Se puede suponer que el joven cóndor podría haber comido alguna carroña que había sido envevenada con estos pesticidas.

"Por suerte fue una rehabilitación corta, a veces no son tan cortas, sobre todo cuando hay intoxicaciones con plomo", afirmó Borelli. Tras habérsele realizado los estudios necesarios, así como controlar su evolución de salud favorable, y constatar el buen estado de salud del ejemplar de macho joven, dieron el alta al ave y coordinaron su liberación en el departamento de Cachi.

La Estación de Fauna Autóctona es el único centro de rescate y rehabilitación de fauna silvestre provincial. Este espacio tiene la misión de recuperar animales en situación de vulnerabilidad para proveerles bienestar y posible reinserción a su medio natural. Actualmente alberga más de 200 ejemplares de 24 especies, entre los que se encuentran pumas, tapires, corzuelas, pecaríes, coatíes, monos caí, osos melero, quirquinchos, aves rapaces, tortugas y yacarés.

El cóndor liberado el viernes último fue nombrado "Huayna", ya que justamente es joven, de un año e incluso aún no tiene el plumaje del adulto. "Se hizo la liberación en Piedra del Molino con ayuda de los guardaparques nacionales de la zona", agregó Borelli. 

El cóndor andino es un ave carroñera que habita en la Cordillera de los Andes y las costas adyacentes del Océano Pacífico en el oeste de Sudamérica. Es la especie voladora más grande del mundo, por la medida combinada de la envergadura máxima de sus alas (3,3 metros) y su peso (15 kilogramos).

Su plumaje es negro con un collar de plumas blancas que rodea la base del cuello, especialmente en el macho, y grandes manchas blancas en las alas. La cabeza y el cuello, que casi no poseen plumas, son de un color rojo apagado, que puede enrojecerse y cambiar de color de acuerdo al estado emocional del ave.

La hembra es más pequeña que el macho, una excepción a la regla entre las aves de presa. Tienen una esperanza de vida de más de 70 años en algunos casos.