En un preocupante informe presentado en el Foro de las Islas del Pacífico en Tonga, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y las Naciones Unidas advirtieron sobre una "catástrofe global" en curso debido al desbordamiento del océano Pacífico y el rápido aumento del nivel del mar. Este fenómeno, que está afectando de manera desproporcionada a las pequeñas islas del Pacífico, subraya la urgencia de tomar medidas inmediatas contra el cambio climático.
El informe de la ONU y la OMM pone de manifiesto una realidad alarmante: las islas del Pacífico se encuentran en la primera línea de una crisis climática que amenaza no solo su existencia, sino la estabilidad global.
A través de un estudio denominado "Estado del clima en el Pacífico sudoccidental 2023", las organizaciones internacionales alertaron sobre el exponencial aumento del nivel del mar en esta región. En este sentido, señalaron que desde 1980, la temperatura de la superficie marina se incrementó tres veces más rápido que en otras zonas del planeta, duplicando la frecuencia de las olas de calor marinas, que además se han vuelto más intensas y duraderas. "El aumento del nivel del mar es un llamado de atención que no podemos ignorar", declaró António Guterres, Secretario General de la ONU, quien presentó el informe junto a Celeste Saulo, Secretaria General de la OMM.
La situación es especialmente crítica para las islas del Pacífico, donde la altitud media de solo uno o dos metros sobre el nivel del mar las convierte en una de las regiones más vulnerables del mundo. A pesar de que estas islas apenas contribuyen con el 0,02% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, el 90% de su población reside a menos de cinco kilómetros de la costa y la mitad de su infraestructura se encuentra a menos de 500 metros del océano.
El informe también destacó la importancia de los sistemas de alerta temprana, que permiten la adopción de medidas preventivas como la evacuación y el fortalecimiento de infraestructuras. Sin embargo, solo un tercio de los pequeños estados insulares en desarrollo del mundo cuentan con estos sistemas, lo que agrava su vulnerabilidad ante desastres naturales.
La ONU y la OMM subrayaron que, aunque se lograron avances en la implementación de sistemas de alerta temprana en la región, aún queda mucho por hacer. El conocimiento del riesgo de desastres y la preparación para responder a ellos son pilares fundamentales que necesitan ser fortalecidos. En este marco, la iniciativa "Alertas tempranas para todos" (EW4All) buscará garantizar que, para 2027, todas las personas en el planeta estén protegidas por sistemas de alerta temprana, un objetivo ambicioso pero esencial para mitigar las consecuencias del cambio climático.
Por qué el riesgo está en el Pacífico y no en el Atlántico
La diferencia de nivel del mar entre los océanos Pacífico y Atlántico es una de esas curiosidades geográficas que, aunque puedan parecer triviales, tienen implicaciones significativas, especialmente en el contexto del cambio climático. El Pacífico, con un nivel de agua que supera en aproximadamente 20 centímetros al del Atlántico, se convierte en un foco de riesgo mayor.
La razón detrás de esta discrepancia no es simplemente una cuestión de azar. Existen varios factores que contribuyen a que el Pacífico sea más "alto". En primer lugar, la densidad del agua en este océano es, en promedio, menor que en el Atlántico. Esto significa que el agua del Pacífico, al ser menos densa, ocupa más espacio y, por lo tanto, eleva el nivel del mar.
Pero la densidad no es el único factor. Las condiciones meteorológicas y oceánicas predominantes en el Pacífico, como el anticiclón del Pacífico Norte, empujan grandes masas de agua hacia el oeste, elevando aún más el nivel del mar en comparación con el Atlántico. La topografía del fondo oceánico también juega un papel crucial: el Pacífico, siendo el océano más profundo del mundo, alberga un mayor volumen de agua, lo que, en combinación con los factores anteriores, resulta en este nivel más alto.
Esta diferencia de nivel tiene repercusiones directas en la navegación y el comercio internacional. El Canal de Panamá, que conecta ambos océanos, debe lidiar con esta variación mediante un complejo sistema de esclusas. Sin estas estructuras, la diferencia de nivel y las mareas opuestas entre ambos océanos generarían corrientes peligrosas, dificultando el paso seguro de las embarcaciones.
¿Por qué es importante esta diferencia en el contexto actual?
Con el cambio climático acelerando el deshielo de los polos y elevando los niveles del mar, el Pacífico se enfrenta a una triple amenaza: aumento de temperatura, acidificación y pérdida de oxígeno. Estas condiciones agravan la situación, poniendo en riesgo a millones de personas que viven en las zonas costeras del Pacífico, especialmente en el sudeste asiático y las islas del Pacífico, donde el aumento del nivel del mar puede tener consecuencias devastadoras.
Además, las corrientes oceánicas, que ya están alteradas por el cambio climático, pueden verse aún más afectadas. Un freno en la corriente atlántica, como se ha advertido que podría ocurrir en la próxima década, desencadenaría una serie de eventos catastróficos a nivel global, exacerbando las diferencias entre ambos océanos.
Aunque el Atlántico también enfrenta sus propios desafíos, es el Pacífico el que, debido a sus características geográficas y climáticas, se perfila como un mayor riesgo en el escenario de un mundo en calentamiento. Las medidas para mitigar estos riesgos deben tener en cuenta esta realidad, priorizando la adaptación en las regiones más vulnerables del Pacífico y asegurando un monitoreo constante de estos peligros emergentes.