La supresión del impuesto PAÍS traerá más ajuste a la economía. Se espera que el Gobierno confirme la decisión en los próximos días. En tanto el ajuste fiscal más grande en la historia de la humanidad, como gusta presentarlo el presidente Milei, lleva acumulado en lo que va del año el equivalente a 2,4 por ciento del PIB, según estimaciones del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf). Los ingresos fiscales anotaron una caída real del 5 por ciento (que se profundizará a raíz de la baja del PAÍS) mientras que el gasto primario descendió un 31 por ciento interanual real, apuntó dicha proyección.

El impuesto PAÍS se reducirá del 17,5 al 7,5 por ciento desde el 1 de septiembre, retrotrayendo la suba dispuesta por la gestión de Javier Milei en diciembre, según confirmaron fuentes oficiales. Esto implicará una caída del 40 por ciento en una de las principales bases de recaudación que tiene el Gobierno y además un abaratamiento del dólar importador, que preocupa a buena parte de las pymes locales. Los funcionarios de Economía venían esquivando definiciones pero el ministro Caputo estaba ligado a esa idea y se confirmó.

En tanto para 2025 el PAÍS debería ser eliminado. El Gobierno prevé alcanzar “déficit cero” en materia financiera el año próximo, pero en julio de este año evidenció un primer traspié para alcanzar este objetivo. En el séptimo mes, obtuvo un déficit financiero de 600.957 millones de pesos, es decir, el superávit primario no alcanzó para cubrir los intereses por la deuda soberana. ¿Tambalean los compromisos de deuda (especialmente en dólares) con el sector privado? Es una pregunta que se realiza el mercado.

Para alcanzar un superávit fiscal que incluye los pagos de intereses de 0,35 por ciento del PBI en los primeros siete meses del año el Gobierno ajustó por el equivalente a 2,4 por ciento del PBI, mostró un análisis del Iaraf en tanto que lo compara con un rojo de 2,06 por ciento en igual período acumulado de 2023.

Expresado en moneda corriente, el superávit primario ascendió a 7,8 billones de pesos en lo que va del año, mientras que al incluir el pago de intereses, el superávit ascendió a casi 2 billones de pesos (lo que equivaldría a 0,35 por ciento del PBI).

El “ahorro” fiscal acumulado alcanza a la mitad del originalmente comprometido con el FMI para cumplir con las metas de este año. El ajuste deberá ser de 5 puntos del PBI con ese target, algo que hasta el propio organismo tildó como carente de sentido social. El programa fiscal que encabezan Javier Milei y Luis Caputo es un ejercicio puramente numérico, voraz desde el punto de vista de sus ambiciones pero poco cuidadoso en materia social. Toda una pintura de época.

Es innegable el peso de los costos financieros sobre las cuentas públicas, sin embargo el Gobierno prefiere no ajustar por ese lado (es la partida del gasto que menos descendió en términos interanuales) y lanzar el peso del ajuste sobre una deuda con empresas eléctricas y gasíferas, con las cajas de jubilaciones provinciales, la coparticipación de la Ciudad, la licuación de los haberes y defunción de la obra pública.

El ajuste fiscal realizado por el Gobierno nacional (equivalente a 2,4 por ciento del PBI) implicó, durante los primeros siete meses del año, que los ingresos totales cayeran un 5 por ciento real mientras que el gasto primario descendió un 31 por ciento interanual real, sostuvieron desde el Iaraf. ¿Qué puede aportar LLA en materia recaudatoria si para 2025 apenas planean reducir la presión tributaria? El Gobierno se apoya en el paquete fiscal que empezó a regir en julio –con la restitución de Ganancias y rebaja en Bienes Personales- e incluye al blanqueo, la recaudación por impuesto PAIS y los tarifazos como principales herramientas.

En 2025 el Gobierno se comprometió a defender un Presupuesto “de déficit cero”, en el que los intereses por la deuda pública puedan pagarse con el superávit primario. Un objetivo ambicioso manifestado, según palabras del presidente el mismo sumará una regla fiscal estricta para mantener el equilibrio financiero, evitando la acumulación de “nueva deuda”. Omitió dar precisiones sobre este último concepto que muchos analistas ya ponen en duda.

Además de la “regla fiscal” en materia de ingresos la gran incógnita será cómo reemplazará la recaudación proveniente del impuesto PAÍS que sería llevado a cero en 2025. Las primeras estimaciones hablan de una pérdida de 450 millones de pesos mensuales, que apenas en parte serían compensados con Ganancias y los tarifazos.