SECRETOS OSCUROS 6 puntos

(Le successeur; Francia/Canadá/Bélgica, 2023)

Dirección: Xavier Legrand.

Guion: Xavier Legrand y Dominick Parenteau-Lebeuf.

Duración: 112 minutos.

Intérpretes: Marc-André Grondin, Yves Jacques, Laëtitia Isambert, Anne-Elisabeth Bossé, Blandine Bury.

Estreno en salas de cine.

La ópera prima del realizador Xavier Legrand narraba los pormenores de una tormentosa separación conjugal, con especial énfasis en los filosos trozos que quedaban flotando en el aire después del estallido, en particular a la hora de describir la pelea por la custodia del hijo de la pareja. Pero si en Custodia compartida el francés se aferraba a los detalles dolorosos de una situación recurrente en la vida real, en su nueva película, Secretos oscuros (título local tenebroso que reemplaza el original Le successeur, “El sucesor”), el relato opera de una manera casi inversa: es el descubrimiento de un hecho absolutamente excepcional lo que termina alterando la vida del protagonista. Hasta el minuto 40 de proyección esa “sucesión” del título tiene una razón de ser diáfana: Ellias Barnès (el canadiense Marc-André Grondin, rapado al ras para el papel) es el nuevo diseñador estrella de una firma de alta costura francesa. De hecho, el film comienza con un desfile de primer nivel en el cual la nueva colección es presentada a la prensa y el público especializado.

Propenso a los ataques de pánico y con rasgos de hipocondría, el muchacho discute con su médica de cabecera la posibilidad de una enfermedad cardíaca, tal vez heredada por vía paterna. Claro que Ellias, quebequense de nacimiento, no ve a su padre desde hace, literalmente, décadas, desde que el joven se mudó a Europa. La falta de comunicación entre ambos, sin embargo, remite sin escalas a una relación quebrada, inexistente. Es el aviso de su muerte lo que pone a Ellias, justo en un período de gloria profesional, en un avión de regreso al terruño, Montreal. Y todo lo que ello trae aparejado: la organización de la despedida, la cremación, los papeleos, la limpieza y venta de la casa. Y tal vez, aunque parezca imposible, la posibilidad de una reconciliación post mortem. Cuando el guion, basado en una novela del escritor galo Alexandre Postel, parece recorrer exclusivamente los senderos del drama paternofilial, el descubrimiento de algo terrible en los cimientos del inmueble le hace pegar un volantazo brusco y radical, y la mentada sucesión pasa a tener un significado muy diferente.

Film extraño, con una actuación muy lograda de Grondin en un rol difícil, Secretos oscuros se divierte un rato con los mecanismos del suspenso, incluyendo algún que otro vecino que podría estar espiando detrás de las ventanas, pero nunca abandona la mirada sobre las acciones morales del protagonista, que en más de un sentido pasa del odio paterno a la repetición de actitudes. Hay una segunda vuelta de tuerca en la trama, que como la primera no puede revelarse aquí; momento bisagra y clímax emocional que vuelve a poner de relieve la tragedia y el trauma por sobre cualquier superficie genérica. El desequilibrio tonal entre las diversas partes del relato, sumado a un personaje que parece siempre tomar las peores decisiones posibles, ponen al film en más de una ocasión al borde del ridículo, aunque eso es también lo que le otorga sus rasgos de peculiaridad.