La industria de la transformación mecánica de la madera está atravesando una recesión severa que afecta a todos los sectores de la cadena, desde los aserraderos hasta la fabricación de muebles y la construcción con madera. Es una de las industrias más golpeadas y asiste además a un embate normativo, pues el Gobierno propuso eliminar reglamentos técnicos que garantizan la calidad del producto terminado y avalan la entrada de importaciones baratas. Están en riesgo 60.000 puestos de trabajo, denuncian desde el sector.

“Las caídas en la producción, los altos costos productivos y la disminución en el empleo son problemas comunes a toda la cadena de valor, que deben ser abordados con urgencia para evitar un mayor deterioro del sector. Es crucial implementar políticas que promuevan la reactivación económica”, apuntan actores del sector forestal en un informe al que tuvo acceso PáginaI12. De la amplia variedad de sectores en esta industria, todos están en crisis, principalmente los aserraderos, pero también la fabricación de muebles, tableros, construcción con madera y carpintería en obra.

Al preocupante escenario se suma la eliminación prevista de los reglamentos técnicos que deben cumplir los bienes vinculados al sector de la construcción, madera y muebles. “Estos reglamentos son esenciales para asegurar la calidad y seguridad de los productos elegidos por los consumidores. Garantizan que los muebles cumplan con medidas de seguridad que previenen accidentes domésticos, y el caso de los productos de construcción establecen cualidades vitales para asegurar la idoneidad estructural y calidad de los materiales utilizados”, sostienen.

Por ello, “nos preocupa profundamente su eliminación, ya que podría permitir la entrada de productos importados de calidad inferior, que no cumplan con las normativas necesarias para evitar accidentes”.

Caso por caso

En el informe mencionado se concluye con un llamado a “trabajar mancomunadamente con el sector público para buscar soluciones que posibiliten la continuidad económica de las empresas”, y aclaran que el mismo emplea a 60.000 personas de forma directa y un número similar de forma indirecta. Además son esenciales en pequeños pueblos del norte del país donde se constituyen como principal fuente de empleo.

En la actualidad, los distintos sectores que integran la cadena maderera están atravesando una situación recesiva, aunque con intensidades variadas. La industria de la primera transformación, representada por los aserraderos, viene mostrando sostenidas disminuciones en su nivel de actividad, con un promedio de caída del 20 por ciento interanual, según datos oficiales de Indec. Esas bajas “son mayores en los aserraderos pequeños y medianos donde llegan al 40 por ciento”, reveló el informe.

A su vez, como ocurrió en otras economías regionales, la salida exportadora apareció como alternativa en el sector de aserraderos ante la contracción del consumo interno, pero el comercio exterior dio sus frutos “solo a comienzos del presente año, y no ha logrado sostenerse en el contexto actual del atraso cambiario fruto de la estabilidad cambiaria e inflación domestica”, destacaron.

En materia de empleo, explicaron que los aserraderos redujeron los turnos de trabajo (en cerca de un 20 por ciento el nivel de horas trabajadas) lo cual impactó en los salarios percibidos por los trabajadores.

En el caso de las empresas vinculadas a la fabricación de muebles, el impacto de la recesión doméstica fue dramático: la producción cayó 37 por ciento interanual promedio, según datos de Indec analizados desde el sector. También señalan que en el caso de las pymes la producción llegó a caer un 60 por ciento.

 “El impacto de estas empresas en el empleo debe ser analizado en contexto: muchas de ellas se localizan en pueblos del interior del país donde son las principales generadoras de empleo”, de allí que su viabilidad económica sea tan importante.

Respecto a la industria de tableros utilizados como insumo en la industria mueblera, se observa una retracción en la fabricación ligada con la crisis de esta última, y también se producen menos tableros vinculados a la construcción (contrachapados) dado el deterioro de la obra pública y privada.

Por último, a nivel sectorial, “la actividad de la construcción con madera y la carpinteria en obra presentó caídas promedio del 30 por ciento” en línea con el desplome de la construcción mencionado.