La vicepresidenta Victoria Villarruel es, acaso, la única integrante del Ejecutivo nacional que aún se hace cargo de una de las promesas con las que el armado de La Libertad Avanza accedió al Gobierno nacional: reinstalar la impunidad para los represores de la última dictadura cívico militar eclesiástica. Esta semana, en su territorio –el Senado– y ante su público adepto, se zambulló en el barro que por estos días se volvió venenosisita a genocidas presos en Ezeizahuyó de la Justicia durante casi 20 años