Ya se lo comunicaron a las empresas de energía, con la excusa de ir en un camino progresivo de quita de subsidios que termine rápido en una tarifa plena, pero las razones son otras. El ministro de Economía, Luis Caputo, ya decidió que habrá otro aumento de las tarifas de luz y gas en septiembre, con un sólo objetivo: que vía quita de subsidios, los consumidores paguen más en su boleta y así compensar lo que el Estado pierde tras la decisión de bajar 10 puntos el Impuesto País.
En pocas palabras, se liberó de un costo alto a empresarios que importaban y ese vacío recaudatorio se cubrirá con el gobierno de Javier Milei gastando menos en subsidios y pasándole un costo tarifario directo a los usuarios. Justo en tiempos de aumentos récord en los servicios, los consumidores siguen pagando los costos del ajuste. Desde diciembre, la luz aumentó 75 por ciento, mientras que el gas se incrementó arriba del 500 por ciento.
Lo paradójico de la decisión de compensar lo que no pagan los que sí podrían pagar más es que el Gobierno de Milei recibió el Impuesto País con un 7,5 por ciento de tributación, dispuesta por Sergio Massa, y fue el mismo gobierno de Milei el que llevó ese porcentaje al 17,5 por ciento. Es decir, primero subieron el Impuesto País 10 puntos para financiarse, y luego lo bajaron pero no dejaron de financiarse, sino que lo hicieron cobrándole a la gente más caros los servicios esenciales.
En la carpeta de Caputo se apuntó un incremento del 4 por ciento promedio en las facturas de luz y gas para septiembre, aplicable a todos los hogares, comercios e industrias. La novedad, según supo Página I12, es que el alza no sería sólo en distribución, sino también en transporte de energía. El problema, además del tarifazo en sí mismo y su transferencia de ingresos de la población a los sectores empresarios, es que septiembre ya será un mes cargado de subas muy importantes de precios regulados. Desde este lunes aumentan, también, 3 por ciento los combustibles, 4,5 por ciento las tarifas de AYSA, entre 4,5 y 6 por ciento las prepagas y se duplica el valor del boleto de colectivos en el Área Metropolitana de Buenos Aires. Una catarata de aumentos letal para cualquier bolsillo.
Qué pasará con la inflación
Mientras Milei tiene la decisión tomada de quitarles impuestos a los sectores más acaudalados y recibe presiones para proceder con una baja de las retenciones agropecuarias, acelera quitando subsidios a los usuarios de servicios públicos en tiempo récord, en un contexto de depresión de ingresos que hace que las familias no puedan costear los gastos mínimos.
El cálculo que hacen en la Secretaría de Energía, que no está haciendo más que un trabajo operativo bajo el mando decisorio que tiene el propio Caputo, es que los usuarios residenciales cubren, hoy, el 57 por ciento del costo real del gas y el 64 por ciento del costo real de la electricidad. El ministro de Economía, aferrado al Excel, pretende llegar al 100 por ciento de tarifa plena lo más rápido posible, para que las cuentas del Estado cierren.
Un informe que filtró en las últimas horas Gustavo Lopetegui, ex vicejefe de gabinete en el gobierno de Mauricio Macri, muestra que a este ritmo de quita de subsidios, a fin de año los usuarios estarían pagando el 80 por ciento del costo tarifario real. Lopetegui, hoy consultor en estos asuntos, les dijo a sus clientes que confía en que la política de ajuste del gasto de Caputo seguirá, aunque eso sea un daño para los ingresos.
Toda esta situación pone un signo de pregunta en cómo impactarán estas alzas en el objetivo uno del Gobierno, que es que la inflación siga el camino de la baja. Caputo estima que el IPC de agosto dará en torno al 4 por ciento, igual que el mes previo, pero los regulados le ponen presión a septiembre.
A favor del gobierno juega la distribución que hace el INDEC cuando promedia la cuestión inflacionaria. El rubro Alimentos, que está virtualmente con precios altos pero fijos desde la devaluación de diciembre, explica más de 20 puntos del indicador; mientras que precios regulados sólo 8,5 puntos. Eso explica que en todas las encuestas la gente admita que la plata no le alcanza, aún con una inflación que está lejos de la del año pasado. Los especialistas aseguran que hace varios años el costo de vida de los argentinos se modificó y hoy el mayor gasto de las familias viene en pagos de servicios, más que en bienes. Sobre todo, eso se ve en sectores medios bajos, medios y altos que son los que mayor cantidad de servicios computan en su ejercicio de economía doméstica.