Mi padre nació en 1935 en una familia pobre, pero se vivía un tiempo en el que aún existía la llamada movilidad social ascendente. Hijo de un trabajador que vivía en un conventillo cerca del arroyo Maldonado que se inundaba cuando llovía, pudo estudiar medicina y salir adelante. Seguramente su madre habrá dicho tantas veces entre sus vecinas y amigas, como en la obra de Florencia Sánchez de 1903,
Movilidad social descendente
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