Tras el pedido por prisión perpetua para Luis Ramos, en la ciudad bonaerense de La Plata, alrededor de las 3 de la tarde se dio a conocer la sentencia contra uno de los imputados por la desaparición y homicidio del joven trans del Conurbano Tehuel de la Torre. En un fallo histórico el Tribunal Oral Criminal (TOC) II, que contó con Claudio Bernard como presidente, acompañado por Silvia Hoerr y Ramiro Fernández Lorenzo, declaró la pena máxima de reclusión para el acusado. Es decir, por haber reincidido, no puede exigir que se reduzca la condena.

En palabras de los jueces "Ramos no solo le quitó la vida a Tehuel motivado por el odio a su identidad de género sino que hizo desaparecer lo único tangible que queda en un ser humano cuando muere, impidiendo de este modo que sus seres queridos puedan tener su cuerpo para vestirlo por última vez, velarlo y despedirlo". En Alejandro Korn, Provincia de Buenos Aires, se ubicaba la casa de Luis Ramos, la cual fue demolida a los pocos días de la desaparición de Tehuel. Allí se habían encontrado restos de prendas del chico trans y su celular.

Bajo la tormenta de Santa Rosa organizaciones sociales como Orgullo en Lucha, ATE, representantes de la Municipalidad de San Vicente, representantes del Ministerio de las Mujeres, Políticas de Género, y Diversidad Sexual de la Provincia de Buenos Aires, activistas y militantes, entre ellxs la artista y docente lesbiana Pierina Nocchetti, esperaban a la intemperie el resultado amuchadxs bajo gacebos, mientras Norma Nahuelcurá y Mónica Galván de la Asociación Civil Familiares y amigxs de Tehuel entre otrxs activistas y militantes se encontraban dentro del Tribunal. En rueda de prensa lxs abogadxs de la causa, Flavia Centurión y Cristian González, se mostraron conformes con la sentencia y con que se haya juzgado con perspectiva de género.

Cristian Gonzalez agradeció la presencia y movilización del activismo sin la cual hubiera sido aún más abrumador el proceso para la mamá de Tehuel. El acompañamiento de la comunidad se hizo presente durante todo el desarrollo del proceso judicial que se llevó a cabo del 15 al 26 de julio. Por su parte, entre los ya tradicionales cantos de “¿Dónde está Tehuel?”, Norma Nahuelcurá declaró que no van a parar hasta conseguir justicia por su hijo.

La fiscalía había pedido, también, medidas de reparación integral para la comunidad trans a través de la aplicación de un protocolo de búsqueda de personas LGBTI+ desaparecidas, bajo el lema “Las vidas trans importan” y que el de Tehuel, y tantos otros hacia la comunidad LGTB+, “fue un crimen de odio”. Esta demanda surgió porque la denuncia por la desaparición de Tehuel fue realizada por su pareja al día siguiente de que el chico no regresara a San Vicente donde convivían, pero al no ser familiar directo, fue rechazada. Se entiende entonces que la comunidad LGTB+ es más plausible de recibir violencias (físicas, simbólicas, psicólogas).

Este primer juicio por la desaparición de Tehuel de la Torre llega tres años después de los hechos. El 11 de marzo de 2021 el chico de 21 años se dirigió desde San Vicente a Alejandro Korn a una entrevista laboral con los acusados (Luis Ramos y Oscar Alberto Montes, quien está a la espera de un juicio por jurados que todavía no tiene fecha) y no se supo más de él. La condición social y su identidad de género son agravantes en el caso.

El final del proceso se desarrolló en una jornada que tiñó de gris la tormenta Santa Rosa. Fue marcado por el drama de un día tempestuoso de lluvia y frío constantes y pacientes, pero también esperanzador porque la justicia esta vez fue fiel a sí misma. La movilización fue obligada en pos de exigir por respuestas de una persona desaparecida.

La tormenta como metáfora de la adversidad en este día frío y ventoso no llegó inesperada para un fallo anhelado y justo. En palabras de Mónica Galván, presidenta de la asociación civil familiares y amigxs de Tehuel, “la tormenta es una bendición”.

Este proceso llega a su final en momentos donde la expectativa de vida para personas de la comunidad trans sigue siendo de 40 años en nuestro país. Además se suma la hostil actitud del gobierno nacional actual alrededor de las cuestiones de género y diversidad y el recorte en políticas. Sin más, este martes el Ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, expresó en la comisión de Mujeres y Diversidad de la Cámara de Diputados que “rechazamos la diversidad de identidades sexuales que no se alinean con la biología” y ensalzando los valores “familiares” que representan la confirmación del núcleo social basado en la heterocisnormatividad.

Mientras tanto el 30 de octubre comienza el juicio oral por la causa de Pierina Nocchetti, acusada por escribir en un pared de Necochea “¿Dónde está Tehuel?”. Este es un claro caso de amedrentamiento contra la comunidad. Pese a los pedidos desde organismos internacionales por su absolución Pierina continúa procesada por un hecho del cual no hay pruebas.

Para la Comunidad LGTB+ este juicio siembra un precedente. Es la primera vez que se reconoce un crimen agravado por la identidad de género donde la víctima por desaparición es una masculinidad trans. No porque no haya habido casos de masculinidades trans víctimas de violencia (como el caso de Joe Lemonge, atacado con intenciones correctivas) sino porque este proceso deja en claro la fuerte presencia de la comunidad para defender los derechos conseguidos y para hacerlos cumplir, además de la necesidad imperiosa de que las propias personas de la comunidad formen parte de estos procesos judiciales.