Golpeado y expuesto tras una seguidilla de fracasos legislativos, Javier Milei decidió redoblar la apuesta y vetar totalmente la ley de movilidad jubilatoria sancionada por el Congreso. El presidente firmó el decreto por la noche, pero ya lo tenía preparado hace tiempo: antes de publicarlo - saldrá el lunes en el Boletín Oficial - quería reunir a la tropa y asegurarse de que contaría con el respaldo suficiente para diseñar una estrategia que impida que el Congreso insista con la sanción de la ley. "Lo voy a vetar todo. Porque, si no, la deuda la van a pagar las generaciones futuras", explicó el presidente en una cumbre con senadores y diputados de La Libertad Avanza, el PRO y el MID. Un poco muestra de músculo político tras la humillación opositora, un poco espacio de reencuentro tras semanas de tensiones, la reunión terminó cumpliendo su objetivo. Es decir, que el opo oficialismo que venía jugando a diferenciarse prometiera su respaldo al veto. El desafío del gobierno, a partir de hora, será evitar que la oposición más dura logre juntar los dos tercios para ratificar la ley.

La reunión, anunciada con bombos y platillos, se extendió durante más de una hora. El gobierno necesitaba desesperadamente recuperar cierta iniciativa luego de una semana de fracasos legislativos y batallas intestinas, y había definido convocar a los jefes de bloque oficialistas del Senado y Diputados, así como a las principales espadas aliadas, como Cristian Ritondo (PRO) y Oscar Zago (MID). Milei ya había decidido firmar un veto total a la ley opositora que modifica la fórmula de movilidad jubilatoria e incrementaba en un 8,1 por ciento las jubilaciones, pero quería asegurarse, antes, de que contaría con un sólido respaldo en el Congreso. "Es una ley que no tiene fuente de financiamiento, así que solo se puede financiarse con emisión monetaria, deuda o suba de impuestos. Y así estamos comprometiendo el futuro de la gente. Están usando causas dignas con argumentos que no corresponden", argumentó Milei, según pudo reconstruir este diario. 

El encuentro se había llevado a cabo en el Salón de los Científicos, ubicado en el primer piso de Casa Rosada, y había contado con la presencia de la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y del ministro de Interior, Guillermo Francos, y, además, por una comitiva de diputados y senadores de LLA, como Gabriel Bornoroni, Bartolomé Abdala, Nicolás Mayoraz, Lisandro Almirón y José Luis Espert. El PRO - que venía de rechazar el DNU de 100 mil millones de pesos para la SIDE en Diputados y de sancionar el aumento para los jubilados en el Senado - también dio el presente, con la presencia de Ritondo, María Eugenia Vidal, Silvana Giudici, Luciano Laspina y Diego Santilli.

Martín Menem, mientras tanto, se negó a participar de la comitiva, molesto tras las declaraciones de Mauricio Macri en Paraná. "Hay que saber conducir Diputados", había dicho el ex presidente, luego de las tres derrotas al hilo que el oficialismo había sufrido en el Congreso en la última semana (motorizadas, al menos dos de ellas, por el propio Macri). Sí dieron el presente, en cambio, dos de los adversarios internos que tiene Menem: Ritondo - que tiene buena relación con el riojano pero desea para sí la presidencia de la Cámara - y Zago - a quien Menem maniobró para expulsar de la presidencia del bloque oficialista en abril-. Dos dirigentes que vienen coqueteando, hace meses, para conformar un interbloque. 

Ritondo y Zago, en efecto, arribaron juntos a la reunión en el mismo auto y entraron juntos al salón, sonrientes. "El interbloque PRO-MID está en buen camino", deslizan, con malicia, en el PRO. Cada vez que pueden, los dos jefes de bloque se muestran juntos - en su entorno aseguran que ambos se enteraron al mismo tiempo de la invitación de Milei cuando estaban charlando por teléfono - y le envían un mensaje a Menem, que quedó debilitado tras la renuncia forzada de Lourdes Arrieta. Hoy por hoy, el bloque oficialista tiene la misma cantidad de diputados que el PRO: 37. Una alianza PRO-MID lo dejaría más debilitado, y Zago y Ritondo juegan a hacérselo saber.

Objetivo déficit cero

En la cumbre, el presidente trazó una hoja de ruta y, buscando congraciarse con los aliados que se le habían retobado la semana anterior, prometió que se constituiría una mesa de trabajo cada 15 días con Francos y dirigentes del PRO y el oficialismo. Milei, incluso, prometió participar de algunas y aceptó el pedido del PRO de sumar a gobernadores e intendentes amarillos. Era el primer acercamiento con los legisladores macristas luego de varios días de tensión entre Casa Rosada y Macri, y Milei, abocado a consolidar el respaldo legislativo que había perdido en el último par de semanas, apostó a enviar un mensaje de paz. Al menos por ahora. "Fue un gesto para decir que, a partir de ahora, vamos a trabajar juntos. Una continuación del diálogo que se abrió con Macri en los últimos días y que ahora va a seguir en el Congreso para evitar el veto", reflexionó uno de los dirigentes libertarios que habían participado de la comitiva. 

El gran anuncio de la reunión fue la confirmación de que el veto sería total, no parcial. Nada de negociaciones, la decisión del presidente era ir a fondo. Milei expuso, durante algunos minutos, varios datos económicos que justificaban una decisión que, argumentaba, iba en defensa de la única meta que tiene el gobierno libertario para este año: el déficit cero. "La condición es que no se puede generar gasto sin especificar la fuente de financiamiento", explicaron los asistentes y aseguraron que el gobierno aplicará esta misma lógica cuando se presente el Presupuesto 2025.

El PRO amagó algunas quejas, pero se alineó, sin dudar, detrás del presidente. "Nosotros vamos a respaldar el veto. Entendemos que hay un desvío que tiene que ver con el déficit fiscal. Volvieron a hacer una ley y nosotros estamos diciendo: ¿De dónde sacamos para poner? Caímos lo mismo en lo que había caído el populismo. Cuando uno tiene un déficit fiscal imprime o se endeuda", declaró Ritondo a la salida de la reunión, haciendo propias las explicaciones de Milei minutos antes. El presidente del bloque PRO ratificó, así, la postura pública del propio Macri, que había distado, sin embargo, de la actitud que habían tenido los senadores macristas cuando aprobaron la ley. Los diputados del PRO, en todo caso, la tienen más fácil: ellos ya habían rechazado la ley cuando se trató en la Cámara baja, aunque varios y varias - como Vidal o Silvia Lospennato - se había ausentado al momento de la votación. "Les señalamos las situaciones en donde no habíamos sido escuchados y que podrían haberse manejado mejor, evitando problemas para el gobierno", explicaron en las filas del PRO sobre esas ausencias.

Objetivo evitar los dos tercios

Milei ya firmó el decreto el viernes a la noche y se publicará el lunes en el Boletín Oficial. Una vez que esto suceda, comenzará la batalla legislativa en la Cámara de Diputados (que es la cámara de origen). Consolidado el PRO y los satélites oficialistas - como el MID de Zago -, el objetivo del gobierno será ir a la pesca del resto de los aliados. Dado que la oposición necesita de dos tercios de los presentes, el oficialismo solo necesita evitar que una docena de diputados aliados vote a favor de la ley: con que se ausenten es suficiente. Y en LLA se muestran confiados en que conseguirán el número. 

El ojo está puesto en los gobernadores. Allí se sentirá con fuerza la presión de Casa Rosada que, por estas horas, también negocia las partidas que irán a las provincias en el marco del Presupuesto 2025. "El veto es una facultad del presidente. Hay varios que están en buena sintonía con el presidente que, cuando vean el veto, van a optar por dejarlo así y no insistir", deslizó, confiado, un importante diputado libertario.