Las preguntas para intentar entender cómo se llegó a que un sujeto gatille una pistola a centímetros de la cabeza de Cristina Fernández de Kirchner son inagotables y podrían multiplicarse de un modo proporcional a la cantidad de disparos previos que se sucedieron contra ella de un modo tan obsesivo, incesante y perpetuo, como impiadoso, cruel y violento.

Si nuestro compromiso con la convivencia demClarín“La bala que pudo salir y los fallos que sí dispararon odio”