Bajo la lluvia de la Bombonera, Boca recuperó la sonrisa con una victoria 2-1 que recién pudo celebrar con el pitazo final del árbitro Jorge Baliño. Si bien encontró los dos goles en el primer cuarto de hora, nunca pudo tener el control del partido y, con el descuento de Campaz, terminó sufriendo por un duelo que podría haber resuelto mucho antes.

Necesitado de revertir los últimos malos resultados, Boca salió decidido a imponer condiciones, ante un rival que buscó plantarse sin complejos y con un planteo ambicioso, pero cuando se quiso acordar estaba dos goles abajo. Es que en la primera acción positiva, Aguirre provocó una falta que Lema se encargó de transformarlo en el 1-0 con un remate por arriba de la barrera. Y cuando Central amagaba con reaccionar, una contra que manejó Zenón y que Medina definió contra el palo le posibilitó a Aguirre marcar su primer gol en Boca, con un fuerte remate cuando capturó el robote.

En un cuarto de hora, el conjunto de Martínez tenía la parte más difícil ya resuelta. Sin embargo, quedaba mucho partido y Central no estaba dispuesto a sentirse un simple partenaire. Con Copetti de nueve, con Campaz bien abierto por la izquierda y el doble comando de Malcorra y Jonatán Gómez, los rosarinos comenzaron a dominar las acciones, ante una línea de tres xeneize que no lucía sólida. 

Entonces, el partido se hizo muy entretenido, porque los visitantes atacaban sin complejos y Boca sufría con su propia fragilidad. Así tuvo que aparecer Romero para evitar un taco de Copetti. Pero a la vez, en cada contragolpe, el conjunto xeneize parecía que podía llegar al tercero si acertaba con el pase justo.

El comienzo de Central en la segunda parte fue furioso. Tanto que a los 30 segundos,  Copetti otra vez tuvo el descuento, pero Romero se lo volvió a ahogar. Y un rato mas tarde, una gran acción de Gómez posibilitó que el ex Racing tuviera otra chance, pero la pelota pegó en el palo. Boca tenía el control del resultado, pero no del desarrollo. Por eso, el gol de Campaz, con un tiro libre que sorprendió al ingresado Brey, le dio vida al partido. Tanto que el juvenil se tuvo que reivindicar con una tapada bárbara ante Ruben, que salvó la victoria de Boca.