Si fuera por el espectáculo que ofrece el oficialismo, nutrido por escandaletes varios, debería suceder que la oposición aproveche aquello de no interrumpir al enemigo cuando está equivocándose. Pero distan de ser lo mismo los tropiezos del Gobierno y las (in)acciones del lado adverso. ¿En qué radican esas diferencias?

La gestión de Javier Milei y su Hermana en Jefe tiene el problema serio de que l