El árbitro Yael Falcón Pérez tuvo en este partido tres problemas: la falta de colaboración de los jugadores (pegaron, simularon y protestaron absolutamente todo); los errores de los jueces de línea (cometieron fallos groseros en saques de costado, córners y posiciones adelantadas) y su propia ineptitud (sacó amarillas a destiempo, discutió mucho y dio siempre sensación de que todo se le iba de las manos). El referí, sus ayudantes y los futbolistas de Independiente y River repartieron responsabilidades de un juego peleado, friccionado, discutido en el que abundaron los reclamos y escaseó el fútbol.

El arquero de Independiente, Rey, fue muy claro en la autocrítica: "Jugamos con una gran intensidad que hace difícil enfrentarnos, pero a veces hay que saber controlarse”. Clara referencia a la roja a Santi López a los 11 minutos por una plancha a Paulo Díaz y a las prematuras expulsiones en los clásicos contra San Lorenzo y Racing. También Gallardo fue autocrítico cuando habló de falta de vuelo futbolístico.

River no aprovechó la ventaja numérica en el primer tiempo, mejoró un poco en el segundo con las entradas de Mastantuono y Lanzini y tuvo tres llegadas que pudieron terminar en gol, pero estuvo lejísimos de las mejores versiones de River dirigido por el mismo Gallardo y aún por Demichelis.

En el primer tiempo sólo se anotó un tiro de media distancia de Simón que se desvió en el camino como única llegada. En el segundo, en la única jugada muy bien elaborada, Borja quedó mano a mano con Rey y le picó la pelota, pero el arquero alcanzó a desviar; después tuvo un cabezazo del delantero colombiano y un remate desde afuera de Fonseca que salió pegadito a un palo.

Gallardo 2024 pretende armarse defensivamente antes que nada y parece estar en el buen camino con jugadores de mucha jerarquía. Pero ante el diezmado Independiente pasó un par de sustos grandes en el segundo tiempo, especialmente en una contra que pudo terminar en gol si Sporle hubiera controlado mejor la pelota.

Independiente, como contra Racing en un partido que debió remontar un barrilete de hierro, hizo un grandísimo esfuerzo para compensar el hombre de menos y mostró cansancio en el último tramo del partido, cuando River amenazaba con avances masivos. Vale este dato: River tuvo 7 córners contra ninguno de su rival, pero no pudo aprovechar ninguno.

Independiente lleva más de diez horas de juego (616 minutos) sin recibir goles y sus hinchas creen que se está en buen camino para mejorar. En realidad el pasado reciente es muy flojo y cualquier mejoría ilusiona. River pasó sin problemas en la Libertadores y está en deuda en el campeonato local pero sus hinchas creen que con Gallardo en el banco soplarán buenos vientos.

Por el momento navegan, como el fútbol argentino en general, en aguas turbias.