Los operativos antipiquetes, sumados a los más de 120 allanamientos a casas de militantes sociales, han diluido las protestas callejeras, modificando la expresión del conflicto social. La ofensiva del gobierno de Javier Milei contra las organizaciones en la primera mitad de este año no sólo ha sido violenta, sino también arbitraria, en el sentido de que cualquiera que sale a la calle a reclamar puede ser gaseado o golpeado, y cualquier agrupación que levante la cabeza sabe que se pone en el radar para que le caiga una causa judicial; como efecto, lSus protestas están siendo menos frecuentespara evitar exponerse a una represión.ha tomado nota que su postura de no entregar alimentos a las organizaciones sociales es insosteniblesino porque no tiene ningún sistema que las reemplace.Capital Humano ha comenzado a ofrecer a algunas organizaciones sociales una Tarjeta del tipo Alimentar para sus comedores.Paco Olveira una tarjeta para su comedor… que resultó no tener fondos.
Una pelea sin cuartel que en los tribunales y los comedores comunitarios
De las calles a los barrios: el repliegue de las organizaciones sociales como respuesta a la represión del Gobierno
Bullrich y Milei se jactan de gasear y repeler con violencia y detenciones las movilizaciones callejeras, lo que sumado a la persecución política de sus referentes, obligó a los movimientos populares a diversificar sus estrategias de lucha, no sin debate interno. Pettovello ya tomó nota de que son indispensables en los territorios y abrió una puerta de negociación. La agenda del hambre y las niñeces, con métodos alternativos
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