La captura de once mochileros narcos y el secuestro de más de 200 kilos de cocaína en el paraje La Porcelana, en la localidad de Embarcación, fue prácticamente de película. La nota saliente, sin dudas, pertenece a cuatro gendarmes: un sargento y tres cabos de la Sección Núcleo, del Escuadrón 52 de Tartagal, de Gendarmería Nacional.

Los detalles del caso fueron formalizados por el fiscal federal de Tartagal Marcos Romero, quien, junto al auxiliar fiscal Rafael Lamas, llevaron adelante las diligencias desde el inicio del caso, el miércoles último, cuando un sargento y tres cabos del Escuadrón 52 de la Gendarmería Nacional en Tartagal recorrían la zona de monte del paraje La Porcelana, un sector donde ya hubo procedimientos similares, pero no con esta  magnitud.

En la audiencia de formalización de la investigación, la jueza federal de Garantías de Tartagal, Ivana Hernández, controló la legalidad de la detención de los once acusados, en su mayoría, jornaleros residentes en las localidades de Embarcación, Pichanal.

Al momento de presentar la acusación, el fiscal Romero explicó que la patrulla de gendarmes, encabezada por el sargento Daniel Portillo junto a los cabos Rutilio Alcaraz, Bruno Rodríguez y Rodrigo Franco, se adentró en una senda montuosa en La Porcelana, donde permanecieron ocultos entre la maleza.

A los pocos minutos vieron a una formación de mochileros que eran dirigidos por un hombre armado con una escopeta, quien marcaba el paso de la caravana narco. Los gendarmes esperaron hasta que pudieron pedir apoyo. El refuerzo llegó enseguida y se detuvo en primer lugar al líder, que portaba  una mochila e iba armado con una escopeta. Fue identificado como Ramón Saban, con residencia en Embarcación.

El fiscal describió que al ver a los gendarmes Saban se mostró nervioso, le temblaban las manos e intentó explicar su presencia en ese lugar diciendo que había salido a cazar solo, aunque su arma tenía un solo cartucho.

A los pocos metros los gendarmes dieron con el resto de los mochileros, que había quedado atrás esperando el regreso del líder para que indicara el camino. Ni bien escucharon el grito “Alto, Gendarmería” salieron corriendo todos En la persecución fue atrapado Miguel Ángel Matorras, comerciante de Pichanal, quien también aseguró que había salido a cazar, aunque en este caso dijo que iba con su tío, que era el que llevaba una escopeta, en referencia a Saban.


Al día siguiente, ya con luz, detuvieron a otros dos hombres, que se estaban ocultos en el monte. 

También se hallaron el resto de las mochilas con la carga de droga, cuyo peso ascendió a 202 kilos de cocaína. En total, se encontraron 12 mochilas y en 11 de ellas se hallaron paquetes de cocaína. Todas eran uniformes con un color que se mimetizaba con las malezas. 

Al mediodía una patrulla interceptó una camioneta Ford Ranger que salía de una finca, en el mismo paraje La Porcelana. En la caja viajaba una sola persona, y otras seis iban en la cabina.

A los gendarmes les llamó la atención que el hombre que iba en la caja tenía la cara con rasguños, además se identificó como Alberto Matorras, el mismo apellido del segundo mochilero detenido. Los otros ocupantes del veículo dijeron ser jornaleros que habíana terminado de trabajar, sin embargo, cuando se les preguntó en qué finca y las tareas realizadas, no supieron dar precisiones, por lo que todos fueron detenidos.

Fueron identificados como Marcelo Fernández, José y Elías Pereyra, César Aguirre, Rodrigo Ferreyra y Eliseo Gustamante. De todos ellos, solo tres pudieron presentar sus documentos de identidad. En ese mismo operativo se secuestró un revólver.

La fiscalía formalizó la acusación contra los once detenidos por el delito de transporte de estupefacientes agravado por el número de intervinientes, calificación que eleva la escala penal, con un mínimo de 6 años de prisión.

La fiscalía resaltó, entre otros argumentos, la gravedad del hecho, la naturaleza de la acción, la logística desplegada, la obligación del Estado nacional de investigar a fondo los delitos de narcotráfico, en razón de los compromisos a nivel internacional adquiridos por el país.

En ese marco, argumentando que hay un latente riesgo de fuga y de entorpecimiento del proceso, la fiscalía pidió la prisión preventiva de todos los acusados. La jueza federal compartió los fundamentos de la fiscalía, que ahora busca de determinar qué otras personas están involucradas en la cadena criminal.