El secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Abel Furlán, le contestó al Presidente Javier Milei por la 750 luego de que, en un acto por el Día de la Industria, en la Unión Industrial Argentina (UIA), dijo que “para proteger a la industria se le robó al campo, y esa protección lo único que generó es un sector industrial adicto al Estado”.
Consultado por Cynthia García, Furlán aseguró que lo ocurrido es “vergonzoso”. Por un lado, porque el Presidente “se anima a decir semejante barbaridad en una casa donde lo invitan a conmemorar el Día de la Industria”. “Yo a ese tipo de personas no las invitaría más”, sostuvo a título personal.
Pero también agregó que esta sensación se debe a “la pasividad de los industriales de tolerar una ofensa de esa naturaleza”. “Uno conoce la posición histórica de la UIA y muy pocas veces se sometió al ninguneo y la falta de respeto como lo hizo ayer. Nos sorprende que la situación haya transitado por donde transitó”, afirmó.
Por lo demás, dijo Furlán, “no hay nada nuevo bajo el sol”. Está, por un lado, el proyecto industrial y por otro “el que imponen las multinacionales a Milei, pensando cómo someter al pueblo argentino a las peores condiciones, con un programa y un proyecto de país que tiene que ver con empobrecer e idiotizar a la sociedad para que terminemos defendiendo los intereses de las corporaciones”.
Esta discusión, remarcó, está lejos de lo que debate el mundo: “Acá el tema es si Argentina discute quién se queda con el trabajo calificado y bien remunerado, que es lo que discute el mundo, o si se lleva a cabo un proyecto de desindustrialización. Porque este Gobierno va a pasar y nos va a dejar la marginalidad del trabajo”.
“Y es grave porque los países socios de la región como Brasil y México están profundizando su industria. Mientras ellos entienden lo que sucede en el mundo y piensan como posicionarse para la mejor posición, nosotros estamos en otra sintonía y vamos al revés de los países serios”, aseguró.
Para el sindicalista, “los países centrales que entendieron por dónde había que ir para resolverle el problema a sus sociedades fueron los países que se industrializaron”. “Entendieron que el camino era el desarrollo. Que un Presidente diga que la industria le robó al campo… creo que ahí sí tenemos que hacer una autocrítica”, añadió en tono crítico.
Finalmente, aseguró que “no puede ser que la sociedad no muestre rebeldía frente a semejante ofensa”. Y estableció una comparación: “La misma empatía que tuvieron para defender la educación pública, porque entendían que era propio y que tenía un significado muy importante, no la tienen cuando vienen estos personajes a desindustrializar Argentina”.