El cordobés de 28 años, que estaba internado en México a raíz de un cuadro grave de viruela del mono, murió este lunes, informaron sus familiares. Santiago Fabián Molina residía desde hace un año en Playa del Carmen y había ingresado un mes atrás a un hospital público mexicano por complicaciones en su estado de salud.
"A todos los amigos y conocidos de Santy queremos comunicar que ha fallecido lamentablemente. Siempre estará en nuestro corazón", escribió la madre del joven, Claudia Follin, en su cuenta de Meta (ex Facebook).
Por su parte, los amigos de Santiago en Argentina iniciaron una coleta solidaria para que la madre del joven pueda viajar a México y darle el último adiós, ya que por motivos sanitarios no puede trasladar sus restos al país.
"Estamos desesperados juntando entre toda la familia la mayor cantidad de dinero posible, pero como ya saben este trámite no puede esperar muchos días, y no llegamos a juntar para el pasaje. Por favor pedimos de su granito de arena. Muchas gracias a todos", escribió Celi Luque y compartió una imagen con el alias al cual se pueden enviar donaciones.
Como el Santiago no tenía seguro de salud, sus amigos también organizaron sorteos y rifas para costear los estudios médicos que le solicitaban los médicos para seguir el avance de la enfermedad --como tomografías y análisis de sangre--, que debían pagarse en dólares.
Viruela del mono: cómo se contagia, síntomas, origen y letalidad
La viruela del mono es una enfermedad zoonótica muy poco frecuente cuyos síntomas son parecidos a los que se observaban en los pacientes de viruela, aunque menos graves. Los primeros casos humanos se identificaron en la República Democrática del Congo en 1970.
La enfermedad se transmite por contacto, a través de la saliva o por contacto con las heridas y las costras. El Ministerio de Sanidad de España asegura que Monkeypox "no se considera particularmente contagioso entre personas. En general, la transmisión de persona a persona es limitada".
Al respecto de la sintomatología, se conoce que el período de incubación suele ser de 6 a 16 días, aunque puede variar entre 5 y 21. Unos días después de la aparición de la fiebre, se desarrolla un exantema (una erupción en la piel rojiza), que a menudo comienza en la cara y luego se extiende a otras partes del cuerpo.
Las zonas más afectadas por la erupción cutánea suelen ser el rostro, en el 95% de los casos, y las palmas de las manos y las plantas de los pies en el 75% de los contagiados. Además de la erupción, las personas con esta enfermedad suelen presentar: fiebre baja, dolor de cabeza, dolor muscular, inflamación de ganglios linfáticos y cansancio.
Lo dramático es que por ahora no existe una vacuna o tratamiento específico disponible. El tratamiento es sintomático y de apoyo, incluida la prevención y el tratamiento de infecciones bacterianas secundarias.
La mayoría de las personas se recuperan en hasta 3 semanas. Sin embargo, en algunos casos puede producirse una enfermedad grave. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el riesgo de enfermedad grave y muerte aumenta en pacientes inmunodeprimidos, sea por medicación o por enfermedad.