El Ministerio de Justicia introdujo cambios en los trámites para la venta de autos: desde esta semana, ya no será necesario presentar el libre deuda de patentes y multas para transferir un vehículo usado. La medida, anunciada por el ministro Mariano Cúneo Libarona, se justifica en la necesidad de agilizar las operaciones de compra-venta de autos, pero despierta dudas y preocupaciones entre los especialistas en seguridad vial.
El Ministerio de Justicia implementó una serie de modificaciones en los trámites de transferencia de vehículos usados en el país, y uno de los cambios más controvertidos es la eliminación del requisito de presentar el libre deuda de patentes y multas. Desde ahora, vender un auto sin estar al día con las deudas será posible, una medida que, lejos de ser vista como un avance, desató preocupaciones sobre las consecuencias de dejar sin control un aspecto tan crítico como la seguridad vial.
Un cambio en las reglas del juego
Hasta ahora, los registros automotores funcionaban como un filtro que evitaba la transferencia de vehículos con deudas pendientes. Este control, ejercido en colaboración con los municipios, obligaba a los propietarios a regularizar su situación antes de poder concretar la venta de un auto usado. Sin embargo, con la nueva normativa, ese filtro se elimina, trasladando la responsabilidad al acuerdo privado entre vendedor y comprador.
El nuevo sistema permite que ambas partes negocien directamente sobre las deudas impagas, pero esta flexibilización no está exenta de riesgos. El comprador podría encontrarse en una posición desventajosa si el vendedor no cumple con su parte del trato, lo que podría derivar en un aumento de deudas que las administraciones provinciales y municipales tendrán que gestionar sin la intermediación de los registros automotores.
Digitalización y modernización: ¿un avance o un retroceso?
Otro de los puntos que acompaña esta reforma es la digitalización completa de los legajos automotores y la creación del Legajo Digital Único (LDU). Aunque esta medida se presenta como parte de un proceso de modernización, también genera preocupación. La falta de un registro físico podría dificultar el control sobre las infracciones de tránsito y aumentar la posibilidad de evasión de multas.
Además, cada municipio será ahora responsable de cobrar las multas por infracciones de tránsito. Según explicó el ministro Cúneo Libarona, "Los Registros Automotores dejarán de cobrar impuestos, tasas y multas, siendo cada jurisdicción la encargada de su percepción". Esto implica que, a partir de ahora, el control y la recaudación recaen exclusivamente en los gobiernos locales, lo que podría generar desigualdades y falta de uniformidad en la gestión de las deudas.
El fin de la cédula azul y otras reformas
Junto con la eliminación del libre deuda, el Gobierno también decidió suprimir la cédula azul, documento que era obligatorio para que una persona no propietaria del vehículo pudiera manejarlo. Además, se bonificará la emisión de cédulas, patentes y certificados de firmas al transferir un rodado, y el costo de transferencia se fijará en un 1% del valor del vehículo, independientemente de si es nacional o importado.
Un futuro incierto
La eliminación del requisito de libre deuda genera un escenario incierto. Aunque busca desburocratizar el proceso de compra-venta de autos usados, podría derivar en un aumento descontrolado de deudas y en problemas de seguridad vial. En un país donde el incumplimiento de normas es común, esta medida podría ser más un retroceso que un avance.