“En un tiempo en que parece que la individualidad manda, nosotros elegimos construirnos colectivamente”. El planteo viene de gran parte de los editores argentinos de historieta, que comenzaron a juntarse en una comisión específica del rubro en la Cámara Argentina del Libro y a partir de este miércoles, en consonancia con el Día de la historieta, realizarán una serie de actividades en librerías porteñas y un festival en el Instituto de las Culturas de Alte Brown (Esteban Adrogué 1224, Adrogué, el sábado y el domingo desde las 15.30).

El ¡FAH! (Festival Argentino de Historieta) #1 viene a ocupar un lugar de celebración que quedó, si no vacante, sí disminuido en los últimos años. La iniciativa conjunta forma parte de un esfuerzo del sector para visibilizar su trabajo y acercarse a lectores por fuera del circuito especializado (que disfruta de encuentros como el rosarino Crack Bang Boom). El Día de la Historieta –establecido en conmemoración de la primera publicación de El Eternauta, el clásico de Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López- nació como iniciativa de un grupo de entusiastas del noveno arte y con los años fue creciendo. Diversos actores del rubro bregaron por una ley que lo estableciera en el calendario. La ley consiguió poner la efeméride sobre la mesa y conminaba al Estado Nacional a realizar acciones concretas en pos de la disciplina, cosa que sucedió durante algunos años (por ejemplo, con el notable festival Comicópolis, que se realizaba en Tecnópolis). En los últimos años el impulso había decaído (lo mismo que el acatamiento del propio Estado a esa ley) y ahora el colectivo de editores busca impulsar nuevamente la simbólica fecha.

En esta primera edición del ¡FAH! se intervendrán las vidrieras de Librería Hernández (Av. Corrientes 1436), Naesqui Libros (Charlone 1400), Librería Céspedes (Álvarez Thomas 853) y la Librería del Fondo (Costa Rica 4568). Las intervenciones estarán a cargo de Miguel Rep, Gustavo Sala, Xina Ocho y Femimutancia, con lo cual hay buena representación etaria y de género en la propuesta. El festival del sábado en Adrogué, en tanto, ofrecerá no sólo una feria de editoriales con más de treinta sellos, sino también charlas y talleres dictados por profesionales del circuito como César Da Col o Diego Greco. También habrá proyecciones y se ofrecerá gratis una publicación a los asistentes.

“En otro tiempo había más urgencias de todos y eso nos hizo perder el foco, también estábamos en el medio del crecimiento de cada proyecto y entonces es más fácil mirarse el ombligo, hoy el tiempo nos dio la posibilidad de tener más madurez y pensar más en el largo plazo”, reflexiona Diego Rey, parte del sello El Hotel de las Ideas y vocal de la comisión de historietas de la CAL.

Pese a la crisis generalizada, en la charla con Página/12 los editores del rubro mantienen la esperanza. Aunque la Feria del Libro de Buenos Aires no les deparó muchas alegrías (más bien, mermas de ventas en torno al 30 o 35 por ciento), se sorprendieron con la buena recepción de su público especializado en la convención rosarina CBB. Quienes tuvieron stand en la FED también salieron satisfechos. “La clave es seguir sacando libros, si no publicás, no te movés”, señala Paula Varela, de Historieta Revolver. “Por ahí tenemos proyectos diferentes, pero si en vez de poner todo el esfuerzo en cosas chiquititas nos juntamos, sale algo grande y nos beneficia colectivamente”, considera.

Esta primera iniciativa conjunta busca ayudar a reconstituir el circuito de eventos porteño. Sin Comicópolis, sin Viñetas Sueltas, con Dibujadxs fuera de la ecuación, aún no surgieron eventos –ni estatales ni ultraindependientes- que ocupen ese lugar central en el calendario comiquero anual. La esperanza de los agrupados en la CAL es que el ¡FAH! llene esa plaza vacante y que a partir de este trabajo también se pueda mejorar la presencia en otros festivales del resto del país, pues hasta ahora sólo CBB tiene un peso específico fuerte. ¿Y el regreso de un festival con financiamiento nacional? Por ahora es una ilusión lejana, pero Rey no pierde la esperanza: “si nosotros estamos armados, después es ver las posibilidades políticas del momento y tratar de buscarlo”.

La crisis tampoco los amilana. “No tenemos tantos años, pero desde que arrancamos ya son suficientes como para haber vivido varias crisis, y de cada una salimos para adelante, fortalecidos”, cuenta Rey. “No te digo como Ringo Bonavena, que cuando un avión tenía una tormenta enfrente le dijo al piloto ‘metele para adelante’, pero sí con inteligencia, pensando y con cuidado, se puede”.

Cuentan, consideran, con una ventaja: aunque en contextos económicos adversos caen notablemente las ventas de ocasión, como las de manga, los lectores de material nacional en general son adultos que se bancan su afición y mantienen ese gasto. Un fenómeno similar al que se registró en España cuando el crack financiero de 2008, donde se desplomaron las ventas en kioskos de los sellos de manga pero se sostenían dignamente las ediciones de autores locales. “Ese es el público más fiel de las editoriales de la historieta. Ese público está y no disminuye. Y la oferta ahora es bastante grande, sale mucho. Es el público que hay que ampliar”, destaca el editor.

Y aunque la efeméride recuerda al clásico de la historieta de aventuras vernácula, los editores insisten en señalar que la propuesta está en visibilizar también toda la producción local. “Los clásicos como El Eternauta o Mafalda están buenísimos, sí, pero hay un montón de historietas vivas que también están buenísimas, renovando desde el terreno, desde la propuesta, los autores”. Aún ahora, en semejante contexto, las viñetas argentinas insisten: continuarán.