El secretario general de la Junta Interna de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) en el Hospital Garrahan, Alejandro Lipcovich, afirmó que "hay un deterioro en la salud publica en general y en el Garrahan en particular, que depende un 80% de financiamiento nacional", por lo que sus trabajadores realizarán un paro el miércoles 4 de septiembre en repudio al "ajuste" salarial y el desfinanciamiento.

"El deterioro en los salarios es tan grande que hemos unificado realidades que, a priori, en un hospital son distintas. Acá el deterioro es desde un operario hasta un médico especialista. En ningún caso los salarios iniciales superan la canasta básica de pobreza. Esto, en un contexto en el que el presupuesto general del hospital se redujo y agravó la situación del salario, de los insumos y las condiciones de trabajo, que ya de por sí son gravosas, porque es un hospital de alta complejidad donde no se reconocen las condiciones de salubridad. El reclamo de mañana va a ser muy masivo", explicó en diálogo con la 750.

"No es que empezamos con un paro. Las protestas vienen hace unos meses. Se incrementaron en el último mes en cantidad y cantidad, y no hay ninguna respuesta del Gobierno.", sostuvo. 

Y agregó: "El Gobierno en el hospital nombra funcionarios que integran un consejo de administración. Estos funcionarios que son puestos a dedo arrancan ganando más de cinco millones y medio de pesos por mes, mientras una enfermera que administra medicación oncológica, por dar un ejemplo, tiene un sueldo básico de 750 mil pesos. Esta gente que gana entre ocho y nueve veces más ni siquiera tiene una respuesta frente al reclamo salarial del hospital".

Según el delegado de ATE, al Garrahan "se lo ha podido sostener por las luchas de sus trabajadores". 

"Hay un propósito político de reventar la salud pública"

"También es una realidad que es afectado por una crisis de la salud pública que no empezó en los últimos meses, lleva años, y se ha transformado, además de la alta complejidad, en un embudo donde caen niños y niñas de todas las jurisdicciones, pero especialmente de la Provincia y la Ciudad de Buenos Aires, que no encuentran respuesta en los centros de salud que debieran darle, incluso en cosas de baja complejidad; lo cual lleva a una enorme saturación de la emergencia de la guardia y eso, combinado con una crisis social que hace que prevalezcan enfermedades propias del empobrecimiento generalizado, es al mismo tiempo una bomba de tiempo, porque tiene un límite. Y si a todo ese coctel no le pagas a su personal, que tenemos denuncias de falta de insumos, puede llevar a una situación de colapso", advirtió.

"No tenemos expectativas de que el Gobierno cambie de idea, acá hay una confrontación. Hay un propósito político de reventar la salud pública y de quitar derechos laborales", concluyó.