Namibia empezó a sacrificar a más de 700 animales salvajes --hipopótamos, elefantes, búfalos, cebras-- para alimentar a personas que pasan hambre como consecuencia de la peor sequía en décadas, anunció este martes el Ministerio de Medio Ambiente. Hasta ahora se han sacrificado a más de 150 animales en el marco de esta medida, anunciada la semana pasada.
El objetivo no solo es proporcionar carne a miles de personas, sino aliviar la presión sobre los recursos hídricos mermados por la sequía. El programa prevé que se sacrifique a 30 hipopótamos, 83 elefantes, 60 búfalos, 100 ñus azules, 300 cebras, 100 elands y 50 antílopes impalas.
Al menos 157 de estos 723 animales ya han sido sacrificados, declaró el portavoz del ministerio, Romeo Muyunda. El tiempo que se tardará en completar el proceso depende de varios factores, añadió. "Nuestro objetivo es llevar a cabo esta operación de forma sostenible minimizando al máximo los traumatismos. Tenemos que separar los animales que hay que cazar de los que no", explicó.
56.875 kilos de carne
El sacrificio de los primeros 157 animales proporcionó "56.875 kg de carne", señaló el ministerio. Namibia declaró en mayo el estado de emergencia debido a la sequía que afecta a varios países del sur de África.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU informó en agosto que alrededor de 1,4 millones de namibios, casi la mitad de la población, sufrían una grave inseguridad alimentaria. Debido a la sequía, la producción de cereales se desplomó un 53 por ciento y los niveles de agua en las presas un 70 por ciento respecto al año anterior.
Los animales procederán de los parques nacionales de Namib Naukluft, Mangetti, Bwabwata, Mudumu y Nkasa Rupara.
"La Conferencia Nacional sobre Gestión de Conflictos entre Animales y Vida Silvestre en 2023 resolvió que es necesario reducir el número de elefantes como medida para ayudar a disminuir los casos de conflictos entre animales y vida silvestre", destacó el Ejecutivo namibio.
El sacrificio será ejecutado por cazadores profesionales y proveedores de safaris y se espera que ayude a reducir el impacto negativo de la sequía en la conservación de los animales salvajes. "El suministro de carne mejora la nutrición de las personas y contribuye a la reducción de la pobreza", afirmaron las autoridades namibias.
El hambre amenaza
Más de 30 millones de personas en el sur de África se han visto afectadas por una grave sequía causada por El Niño, informaron a principios de junio las Naciones Unidas, al pedir ayuda para evitar que padezcan inseguridad alimentaria. El impacto cada vez mayor de ese fenómeno meteorológico ha provocado un grave déficit de precipitaciones en África meridional con temperaturas cinco grados por encima del promedio.
De hecho, la región experimentó en 2024 su febrero más seco en cien años, al recibir solo el 20 por ciento de las lluvias habituales esperadas para este período. Incluso antes de la sequía, los niveles de inseguridad alimentaria y necesidad humanitaria eran altos, impulsados por los desafíos socioeconómicos, los altos precios de los alimentos y las consecuencias agravadas de la crisis climática.
Angola, Sudáfrica, Mozambique, Namibia, Malaui, Zambia y Zimbabue están lidiando con las repercusiones de la sequía y los últimos cuatro han declarado estados de emergencia por ese problema.