Por ahora, son hechos puntuales, pero los enfrentamientos aislados de empresarios de peso con funcionarios del Gobierno de Javier Milei por el rumbo de la política económica muestran que hay un malestar larvado por el devenir de los hechos. El episodio más reciente se dio en un clima de camaradería en el almuerzo que organizó este lunes la Fundación Mediterránea, think tank libreal, en un hotel de Puerto Madero. Los protagonistas fueron el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, y el histórico ceo y dueño de los laboratorios Richmond, Marcelo Figueiras, que se enfrentaron duro por la idea del Gobierno de Milei de una liberación total de las importaciones

Luego de que Sturzenegger diera una charla ante los presentes -conversación que trascendió por la frase de que "son ustedes los que van a poder diseñar el esquema que quieran para despedir"- se abrió una ronda de preguntas del público. En uno de los intercambios, Figueiras admitió que está a favor de muchas de las desregulaciones en camino, pero planteó dudas sobre la apertura importadora. En ese momento, Sturzenegger le retrucó con una pregunta polémica: "si yo te digo que, por 20 años, Brasil te regala la leche, ¿vos agarras o no?". Sturzenegger intentó mostrar, con ese ejemplo, que una invasión de importados a bajo precio favorecen, según su prisma, a los consumidores. Como si la política de importaciones operara en el vacío y no tuviera una contraparte negativa para la producción nacional. 

Ante su pregunta, se generó un murmullo entre el público, que contaban a ceos importantes como Sebastián Bagó, Roberto Urquía, de Aceitera General Deheza; Domingo Cavallo, creador de la entidad, y el ex ANSES y director del IERAL, instituro económico de la Mediterránea, Osvaldo Giordano. Muchos levantaron la mano diciendo que "agarramos", pero Figueiras sorprendió

"Depende -dijo, según supo Página I12- porque me estás arruinando la industria lechera. El segundo vaso de leche, ¿quien lo paga?". Vale aclarar que el sector medicamentos fue uno de los más amenazados por la apertura importadora en la era Macri, pero Figueiras luego les explicó a varios que el concepto en debate es sobre condiciones generales. Se habló, puntualmente, de un caso, que es el de la energía. Es, quizás, el que muestra las contradicciones del Gobierno sobre qué hacer con la economía. En su discurso en la UIA, Milei rechazó la sustitución de importaciones por ser un proceso que considera esteril, pero a la vez buena parte del superávit que tiene es por las obras de infraestructura -gasoducto Néstor Kirchner- que le permitieron dejar de gastar dólares en gas importado. 

La crítica de Figueiras se suma a otros empresarios grandes que marcaron diferencias, entre ellos el dueño de ALUAR y FATE, Javier Madanes Quintanilla; el salteño José Urtubey; y el dueño de Todo Moda, Martín Castelli. Este último habló de que este gobierno no puede ser "un segundo menemismo", y el resto hizo críticas al modelo y la política industrial. 

"El esquema que quieran para despedir"

"Yo hablo de desregulación, no me meto con la macro", delimitó Sturzenegger ante los popes de la Mediterránea, cuando intentaron preguntarle por cuestiones de fondo de la economía, que atañen a Caputo. Emocionado por la presencia de algunos de los que trabajaron con él en la Fundación liberal, usó unos minutos para calificar de "prócer" a Cavallo, que estaba comiendo en su misma mesa. 

"La obra pública se terminó", fue otra de las frases que dejó el ministro, lo que generó sorpresa en varios popes de la Cámara de la Construcción (CAMARCO); y hasta celebró que "las transferencias a las provincias no vuelven más". Pero la que más ruido hizo fue la siguiente: "hay un artículo en ley bases que lleva el título de Fondo de Cese, que dice que las partes pueden salirse de la Ley de Contrato de Trabajo en lo que refiere a los despidos, un tema medular de la relación laboral. Pero en la reglamentación, a nivel convenio colectivo, van a poder diseñar el esquema que quieran, con la flexibilidad que quieran, a nivel empresa grande, mediana o chica", expresó Sturzenegger.