Todo indica que esta semana se abrirá el recinto del Senado, donde el Gobierno deberá enfrentar la posibilidad de dos nuevas derrotas parlamentarias: la sanción de la ley para garantizar el presupuesto de las universidades nacionales –que ayer obtuvo dictamen en el plenario de las comisiones de Educación y Presupuesto— y la confirmación por parte de la Cámara alta del rechazo del DNU con que Milei le otorgó a la SIDE 100.000 millones de pesos en gastos reservados. Ayer por la tarde aún estaba en disputa el temario de la convocatoria que debe formalizar la vicepresidenta y titular del Senado, Victoria Villarruel: mientras el oficialismo y sus aliados quieren sesionar hoy para tratar solo la aplicación de la Boleta Unica de Papel (BUP) para las próximas elecciones, el grueso de la oposición (UxP y UCR) buscaba incorporar a la sesión el presupuesto universitario que tiene preferencia votado por el cuerpo legislativo para su tratamiento. Si Villarruel niega la ampliación el temario, los opositores convocarían a una sesión este jueves para tratar universidades y el rechazo al multimillonario presupuesto para espionaje.

Al cierre de esta edición, el Senado no había formalizado ninguna convocatoria a sesionar para esta semana. Tampoco se llamó a reunión de Labor Parlamentaria, donde los jefes de los distintos bloques políticos discuten y acuerdan el temario que abordarán en el recinto.

Ayer por la tarde, durante el plenario de las comisiones de Educación y Presupuesto que discutía el presupuesto universitario (ver aparte), sobrevolaban las distintas opciones con las que se podría ir al recinto. Allí el presidente del interbloque de senadores de Unión por la Patria, José Mayans, dejó en claro la postura del grueso de los opositores: sostuvo que el oficialismo quería sesionar para tratar la BUP y que insistirían en incorporar el tema de las universidades para el que el pleno del cuerpo dio preferencia por dos tercios de sus miembros para tratarlo en la primera sesión que se convocara, con o sin dictamen. Si no fuera así, Mayans dijo que estaba en contacto con los distintos jefes de bloques para convocar a una sesión este jueves para tratar ese y “otros temas”.

Espías

Aunque el jefe de la bancada de UxP no lo aclaró, otra de las prioridades de un sector importante de la oposición es dar de baja el DNU 656/24 por el que Milei le entregó a la SIDE una multimillonaria ampliación de su presupuesto en gastos reservados y sin control. Un rechazo al que la Cámara de Diputados le dio media sanción el 21 de agosto de forma contundente: 156 votos a favor, 52 en contra y 6 abstenciones.

Por lo que el DNU sería parte de la convocatoria opositora si Villarruel se resiste a unificar el temario para una única sesión. El Senado tiene los votos para voltear el decreto de Milei, para el que se necesita mayoría simple (37 de los 72 senadores). Algo que difícilmente pueda evitar el oficialismo, espacialmente después del veto total del Presidente a la nueva fórmula de Movilidad Jubilatoria que aprobó el Congreso en aras de sostener el déficit fiscal cero mientras destina 100.000 millones de pesos para espionaje.

La Ley 26.122 establece que para que un DNU quede firme, basta con la aprobación de una cámara, mientras que para que se caiga, debe ser votado en ambas. De concretarse en Senado sería la primera vez en la historia que un DNU sea rechazado por el Congreso en ambas cámaras. Y una nueva y dura derrota para el oficialismo libertario.

Boleta única

La intención de Villarruel era volver a sesionar con la agenda propia, después que el Gobierno acumulara varias derrotas parlamentarias. Una de sus prioridades y de la Casa Rosada es la implementación de la Boleta Única de Papel para las próximas elecciones legislativas. Un debate que arrancó en las sesiones extraordinarias de este verano ni bien asumió Milei la presidencia.

Aunque el debate sobre el proyecto que tiene media sanción de Diputados se estancó en el Senado por la resistencia de los partidos provincias al texto original. Allí la rionegrina Mónica Silva (JSRN) presentó su propio proyecto en el que cuestionaba el modelo de la boleta porque favorecía a los partidos nacionales y detrimento de los oficialismos y partidos provinciales, además de proponer en caso de elecciones concurrentes, que hubiera boletas y urnas separadas para cargos nacionales, provinciales y eventualmente municipales.

La iniciativa fue respaldada por UxP y otros referentes provinciales que dividieron en partes iguales los apoyos entre el proyecto original y el de Silva. Ante un eventual empate en 36 votos, en el que tampoco podría intervenir Villarruel para inclinar la balanza por tratarse de un tema electoral que requiere de una mayoría absoluta (37 votos), la discusión terminó por dilatarse.

El oficialismo retomó el debate, donde los funcionarios del Gobierno se mostraron dispuestos a hacer concesiones a Silva y acercó un nuevo borrador a la oposición dialoguistas para avanzar en la implementación de la BUP: quitaría el casillero en blanco con la opción de votar lista completa, uno de los mayores reclamos de partidos provinciales que resultaría clave para salir del virtual empate. LLA considera que las modificaciones vencerían la resistencia de los partidos provinciales. Aunque de aprobarse los cambios en el Senado, el proyecto volvería a la Cámara baja para ver si los acepta o rechaza, cuando los tiempos comienzan a jugar en contra de las aspiraciones del oficialismo y sus aliados dialoguistas, ya que las modificaciones al sistema electoral no pueden producirse en años de elecciones.