Las personas privadas de la libertad están invisibilizadas en la agenda mediática. Paralelamente en las pocas situaciones que logran aparecer en las noticias es a partir de narrativas discriminatorias que tienden a estigmatizarlos. En la misma línea, cuando aparecen en las pantallas a partir de discursos ficcionales se los coloca en el lugar de la monstruosidad.
Esos discursos se inscriben en lo que el profesor Raúl Zaffaroni define como criminología mediática, la cual nos presenta la realidad de una sociedad dividida entre buenos y malos. El lugar del mal es recurrentemente representado por un “ellos” que es colocado en el lugar de chivo expiatorio sobre el cual se canalizan las violencias.
Estas narrativas noticiosas y ficcionales construyen un clima de opinión punitivistas y cruel que legitima y genera las condiciones de posibilidad de la violencia institucional y de la vulneración de derechos.
A partir una encuesta de opinión realizada en 2023 dentro del marco del Programa de Trabajo Social “Comunicación y derechos en contextos de encierro” de la Universidad Nacional de Rio Negro, se detectó que el 99% de las personas encuestadas manifestaron haber escuchado frases del tipo “que se pudran en la cárcel”.
Paralelamente en la misma encuesta el 80,8 % de las y los encuestados manifestaron que las personas privadas de su libertad deben tener derecho a la educación en todos sus niveles y un 83 % indicó que deben tener derecho a la salud.
¿A qué se debe esta aparente contradicción en los resultados de la encuesta? La presencia de discursos punitivistas y violentos que legitiman la degradación de derechos conviven con opiniones que consideran que hay que garantizar derechos fundamentales en contexto de encierro
La teoría “La espiral del silencio” de Noelle Neumann sostiene que por miedo al aislamiento social tendemos a no cuestionar las opiniones que percibimos como supuestamente mayoritarias. Es decir, que podrían existir amplios sectores con miradas que buscan garantizar derechos que tienden a silenciarse por miedo al aislamiento.
En palabras de Neumann: “en todas las sociedades hay una presión a la conformidad y el miedo al aislamiento es lo que da eficacia a esa presión”.
Los medios de comunicación que ocupan posiciones dominantes tienen la capacidad de ampliar opiniones y de construir de esta manera un supuesto clima de opinión. Asimismo, en las llamadas redes sociales tienden a destacarse las opiniones más exacerbadas.
En ese sentido, podemos hipotetizar que las opiniones punitivistas y violentas pueden estar sobre representadas en la agenda mediática y en las redes digitales, lo cual genera que quienes están de acuerdo con estas perspectivas se expresen con mayor legitimidad, ganando espacio y seguridad y quienes piensen desde perspectivas de derechos tiendan a callarse.
El concepto de la espiral del silencio reserva la posibilidad de cambiar la sociedad a quienes carecen de miedo o lo han superado: “los que no temen al aislamiento o están dispuestos a pagar ese precio son los introductores de la nueva música” concluye Neumann.
Es importante destacar que la Ley Nacional N° 24660 establece que todas las personas privadas de la libertad tienen derecho al trabajo, a la salud, a la educación y a vincularse con sus seres queridos. Asimismo, la Constitución Nacional Argentina en su artículo N° 18 indica que: “las cárceles de la nación serán sanas y limpias, para seguridad y no para castigo”. Sin embargo, estos derechos son frecuentemente vulnerados en nuestro país.
Para cuestionar la criminología mediática y la demagogia punitiva que recrean las condiciones de violencia en el conjunto de la sociedad, debemos enfrentar los miedos y recordar a viva voz que garantizar derechos reduce la violencia.
* Licenciado en Comunicación Social UNLZ. Profesor de la Universidad Nacional de Río Negro.
** Integrantes de la cátedra de “Delitos y Medios de Comunicación” de la Universidad Nacional de Río Negro.