El pasado viernes 23 de agosto, un grupo de cooperativistas, referentes de organizaciones y de universidades se reunió en la sede de posgrados de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (Ciudad de Buenos Aires) en un encuentro que fue el puntapié inicial para construir un mercado intercooperativo. Más de cien personas de distintos sectores y territorios participaron, algunas de manera presencial y otras de forma virtual, de la actividad “Resistir, proponer, activar” que duró más de dos horas. El nombre no es casual, ya que el encuentro contó con la presencia de una buena cantidad de empresas recuperadas por sus trabajadores y trabajadoras, cuyo lema es “ocupar, resistir y producir”.

Esta iniciativa fue impulsada por el Centro de Estudios de la Economía Social (CEES) de la UNTREF, en conjunto con la cooperativa TES. La propuesta: partir de las propias experiencias de organizaciones que vienen trabajando hace tiempo en una lógica de intercooperación, para proyectar colectivamente un espacio de articulación, que sea no sólo política, sino también económica.

El encuentro arrancó con la presentación institucional por parte de Rodrigo Fernández Miranda del CEES y continuaron dando un marco conceptual y político al encuentro, Gustavo Sosa de la misma institución y Leonardo Chiesa de TES.

Luego, para reflexionar a partir de distintas experiencias de intercooperación, compartieron sus trayectorias Gráfica Vulcano, la confitería cooperativa La Nuova Piazza y la cooperativa de comunicación Huvaití. Se puso el foco en las experiencias recogidas de los procesos de integración en los que participan estas entidades.

Con la mediación de Fernández Miranda y de Montserrat Miño de TES, se desarrolló también una dinámica que apuntó a analizar los consumos actuales y potenciales de las organizaciones presentes con el objetivo de pensar escenarios posibles de integración e intercooperación. Ideas que circularon en el encuentro fueron las de confianza, acompañamiento, solidaridad. Son valores propios del campo de la economía popular, social y solidaria, que recobran toda su fuerza en contextos adversos.

El desafío parece ser qué hacer para sostener y resistir en momentos de crisis como el actual, que afecta de diferentes formas al movimiento cooperativo, que pone en discusión sus valores y hasta su sentido al promover el individualismo, por un lado, y la concentración económica por el otro. Pero sobre todo, proponer acciones concretas que permitan un desarrollo del sector aún en momentos adversos, que permitan fortalecerse como campo socioeconómico, para generar un mercado diferente, alterativo, que interpele aún más y mejor a propios y extraños.

La comunicación pasa a tener un rol importante en este proceso. Ya el hecho de encontrarse para compartir experiencias y proyectar a partir de las mismas marca un camino a seguir que es el del diálogo, la escucha, la participación, el poner en común sabiendo que hay una multiplicidad de experiencias, con sus diferencias, sus puntos de partida diversos y sus campos de acción también variados, pero con un horizonte que es compartido: cooperar para fortalecerse, intercooperar para crecer e integrarse, no sólo política, sino también económicamente.

Desde la comunicacional, se trata de “conocer, transformar y comunicar”, esa trilogía de la interacción social que propone Washington Uranga como camino para construir, por qué no también, un mercado intercooperativo.

* Comunicador social y docente. Miembro de la Cooperativa Huvaití.