La capital de Zimbabwe amaneció ayer en calma luego de que el Ejército tomara ayer su control, en medio de incertidumbre y de negociaciones tras bastidores en torno al posible final de casi cuatro décadas de gobierno del presidente Robert Mugabe. Numerosos dirigentes, entre ellos el principal líder opositor, y organizaciones civiles, aprovecharon el vacío de poder para hacer oír su voz y urgieron a Mugabe a dar un paso al costado para iniciar una transición hacia elecciones libres y transparentes.

Mugabe, de 93 años, y su mujer Grace, que aspiraba a sucederlo, fueron puestos bajo arresto domiciliario por el Ejército, pero se desconocía el paradero del destituido vicepresidente Emmerson Mnangagwa, que abandonó el país la semana pasada. Mugabe ha estado en control de Zimbabwe desde su independencia del Reino Unido, en 1980, pero la pelea por su sucesión, entre Grace Mugabe, de 52 años, y su rival el cesado vicepresidente Mnangagwa, ha dividido al gobernante partido Unión Nacional Africana de Zimbabwe-Frente Patriótico (Zanu-PF) en meses recientes. El Ejército seguía patrullando ayer las calles de la capital, Harare, donde el ambiente era tranquilo pero tenso, informó la cadena CNN.

Dos ministros de Sudáfrica enviados a Harare se reunieron ayer con jefes militares y líderes de partidos políticos locales en lo que se interpreta como gestiones para tratar de impulsar una transición ordenada tras 37 años de gobierno de Mugabe. La organización regional Comunidad para el Desarrollo de África Meridional (SADC, por sus siglas en inglés), fue convocada por el presidente sudafricano, Jacob Zuma, y se reunirá de urgencia en la vecina Botswana para tratar la crisis en Zimbabwe. La cadena británica BBC dijo que los ministros de Defensa y Seguridad Estatal sudafricanos, Nosiviwe Maphisa-Nqakula y Bongani Bongo, respectivamente, se reunirán con Mugabe para negociar con él en nombre de la SADC.

Un sacerdote católico que conoce al mandatario desde hace años, el padre Fidelis Mukonori, está actuando de mediador para tratar de alcanzar un acuerdo sobre su futuro y el de su familia, agregó la cadena británica.

Entre los puntos más discutidos figuran el rol que jugará Mnangagwa y la seguridad de la familia de Mugabe, dijo a BBC un representante del Zanu-PF, Nick Mangwana. Mugabe podría seguir nominalmente en su cargo hasta el congreso del partido previsto para el mes que viene, cuando Mnangagwa sería nombrado líder de la agrupación y del país, explicó Mangwana.

En una intervención ante el Parlamento de Sudáfrica, Zuma dijo que era demasiado temprano como para adoptar alguna “decisión firme” sobre Zimbabwe, aunque confió en que la situación política “se aclarará en muy poco tiempo”. 

Grupos de la sociedad civil e iglesias del país africano llamaron hoy a la calma. En un comunicado conjunto, más de 100 asociaciones civiles urgieron a Mugabe, el jefe de Estado más longevo del mundo, a dejar el poder de manera pacífica y al Ejército a restaurar rápidamente el orden democrático y a respetar la Constitución. Los sindicatos llamaron a los trabajadores a concurrir a sus empleos.

Los principales partidos de la oposición de Zimbabwe también pidieron un rápido retorno a la normalidad con un gobierno civil de transición. El líder del Movimiento por el Cambio Democrático (MDC-T), la principal fuerza opositora, Morgan Tsvangirai, pidió la renuncia de Mugabe y dijo que su partido estaba dispuesto a integrar ese gobierno de transición tras el apartamiento del presidente. “Por el bien del pueblo, el señor Robert Mugabe debe renunciar inmediatamente”, dijo Tsvangirai, quien ha estado en el extranjero para tratarse de un cáncer, en un comunicado.