El periodista y conductor Víctor Hugo Morales de La Mañana hizo un durísimo editorial por la 750 donde cuestionó la brutal represión que desató la gestión de Javier Milei y Patricia Bullrich a los jubilados cuando reclamaban por un mísero aumento que les permita no perder tanto frente a la inflación que no da tregua. “Digámosles, al menos, dígalo a la clase política, que sabemos que nos están robando, que sabemos quiénes son”, sostuvo al finalizar el mensaje.

El editorial de Víctor Hugo Morales

Lo equivocado de la protesta es el motivo. Tendría que ser porque el aumento acordado es una miseria. Y sin embargo lo tienen que hacer para defender ese aumento. Esta es la crueldad brutal del gobierno de las corporaciones.

El aumentito de 15 mil pesos es un bochorno. Pero los jubilados tienen que pelear a favor de esa afrenta a sus economías. Porque algo es algo, en medio de tanta malaria. Dámela, no me la quitas, le dicen a Milei, algo voy a hacer con eso.

Y el éxito del sistema es que sea eso lo que está en discusión. Y el corolario es que, encima, les pegan y les meten gases. Te distraen y te apalean con una engañifa.

Cuatro fuerzas de seguridad arremeten contra personas de 70 y 80 años. Qué vergüenza. Bullrich juega a la generala, y los dados le dan una doble de heridos y detenidos.

Milei recibe a ultraderechistas españoles, y Caputo dice que vamos al éxito. Parece Duhalde. Pero no, quizás tenga razón. Para doscientos mil beneficiarios del asunto Impuesto País, Argentina es Disneylandia, con el ratón Mickey recibiendo a los visitantes en la sala central del Centro Cultural Kirchner.

El drama es para seis millones de jubilados, a los que estos otros ratones paranoicos, sin la belleza de la música, les roban a cara de perro el sueldo, los medicamentos, y los últimos sueños de la vida, que en realidad son las ganas de dormir un poco más tranquilos.

De eso se trata. Se trata de juntar plata, en el caso de ellos, para los que ganan con el poder y lo sostienen. Digámosles, al menos, dígalo a la clase política, que sabemos que nos están robando, que sabemos quiénes son. Digámosle al menos que sabemos lo que nos hacen, que tenemos la lucidez de entender la estafa.