Este 6 de septiembre se cumplen 37 años de las elecciones que consagraron a Antonio Cafiero como gobernador de la Provincia de Buenos Aires, y recuperaron un histórico bastión político del peronismo. En octubre de 1983, el movimiento creado por Juan Perón, había sufrido su primera derrota electoral, a manos del radicalismo que encabezaba Raúl Alfonsín.

Semejante revés en las urnas fue vivido como una catástrofe por la militancia, que no salía de su asombro y no podía entender el resultado. Después de haber atravesado una feroz y sangrienta dictadura, de la que el peronismo fue víctima principal, y protagonista excluyente de las luchas para recuperar la democracia, la voluntad popular le daba la espalda.

La derrota fue la consecuencia, entre otros factores, de una dirigencia que miraba en un espejo distorsionado de la realidad, sin cable a tierra y que desconocía las nuevas demandas populares, sin entender que a vastos sectores de la juventud les resultaba lejana y desconocida los logros de la década dorada del gobierno peronista

Entre 1983 y 1985 se vivió un tiempo de intensos debates que llevaron a la mayoría del peronismo a asumir el desafío de encarar cambios fuertes y de fondo. Fue entonces que Antonio Cafiero y muchos compañeros de todo el país emprendieron el camino de la Renovación Peronista, que no estuvo exento de fuertes tensiones internas.

Cafiero llegó a romper con la estructura del partido oficial en la Provincia de Buenos Aires para crear el Frente Renovador Justicialista como nueva herramienta electoral de carácter frentista a fin de sumar otros partidos, y ampliar la base tradicional con nuevos sectores particularmente de la clase media.

En las legislativas bonaerenses de 1985 el peronismo fue dividido y el Frente salió segundo detrás del radicalismo, relegando al PJ oficial al tercer puesto. En realidad, no fue una derrota, sino fue la consolidación de un nuevo puente entre el peronismo y el pueblo, dando así el primer paso hacia la victoria en las elecciones provinciales el 6 de setiembre de 1987.

La historia no se repite mecánicamente, pero somos conscientes que en estos últimos tiempos el peronismo no escuchó ni interpretó al pueblo, lo que nos llevó a una nueva derrota. Por tanto, es necesario volver a las fuentes, para poder escribir nuevas canciones, y reconectarnos con el pueblo. El triunfo de 1987 es un buen ejemplo de cómo volver con épica y nuevas ideas. 

(*) Renato Miari fue Secretario de Prensa y Difusión de Antonio Cafiero. César Litvin, Director de Comunicacion.