El 11 de enero de 2019, Carlos Stornelli tomó su teléfono y le envió unos datos a Marcelo Sebastián D’Alessio. Toda la información estaba referida a Jorge Christian Castañón Destéfano, exmarido de la actual pareja del fiscal federal. En sus mensajes decía que era piloto y “bagayero” –o sea, que entraba mercaderías de manera ilegal. “Ya me encargo”, le contestó su compinche D’Alessio. A los tres días, Stornelli insistió: le preguntó si había averiguado algo y si se podría advertir de los “bagayos”. D’Alessio le sugirió hacerle algo un poco peor. Pese a que nadie pudo negar esa conversación para hacerle una “cama” a Castañón, Stornelli recibió otra buena noticia en Comodoro Py, un territorio en el que juega de local: la Cámara Federal de Casación Penal confirmó su sobreseimiento en el D’Alessiogate.
Stornelli estuvo casi nueve meses en rebeldía en esa causa mientras el expediente tramitó en Dolores. Cuando pasó a los tribunales de Retiro, la suerte le sonrió al fiscal. El juez Julián Ercolini lo sobreseyó, decisión que fue confirmada el 5 de junio pasado por la Cámara Federal porteña.
La resolución fue ratificada por la Sala II de la Casación. Para los jueces Guillermo Yacobucci y Gustavo Hornos no había elementos para sostener la acusación contra Stornelli. La tercera integrante de la Sala II, Ángela Ledesma, se inclinó por validar la decisión, ya que el Ministerio Público había pedido desincriminar a Stornelli. Para Ledesma, no puede continuar una causa si la fiscalía no la impulsa.