En la causa por abuso sexual simple (tocamientos) que se instruye contra el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, se puso en marcha una proceso para sacar a la segunda fiscal que actúa en el expediente y que, como el primer fiscal, pidió el cierre, archivo o sobreseimiento de la denuncia. Melody Rakauskas, la denunciante, junto a abogados vinculados al macrismo, intentan apartar a la fiscal Mónica Cuñarro, conocida por su dureza en los casos que tienen que ver con agresiones de género. Sucede que en el expediente quedó en claro que Rakauskas viene de denunciar a su madre por maltratos y violencia física, intentando que la madre le pague una indemnización. Después también denunció a su abuelo, de 87 años, por haber intentado matarla, también pidiendo un resarcimiento. Las dos juezas de esas causas pidieron la realización de pericias psiquiátricas de Rakauskas, sugiriendo incluso que debía evaluarse una posible internación. Ante la falta de pruebas contra Espinoza, la defensa del intendente, a cargo del estudio de León Arslanián, insiste con el pedido de sobreseimiento. El primer fiscal, Leonel Gómez Barbellá, que mandó la causa a archivo, fue desplazado por la Procuración, mandó la causa al archivo y ahora Cuñarro va por el mismo camino, pero intentan sacarla del expediente este mismo lunes.

Una larguísima grabación y 18.000 mails

Rakauskas trabajó muy pocos días en el municipio de La Matanza: apenas nueve días hábiles. En ese brevísimo lapso registró en su celular horas y horas dentro de la sede, al punto que hay grabaciones de más de ocho horas. Al mismo tiempo, se apropió de 18.000 mails que luego presentó en la justicia, sin que respondieran a ninguna imputación. También se llevó la agenda del intendente. El municipio le inició una causa por el robo de documentación y, quedó en claro, que fue a quedarse con cualquier elemento para hacer una denuncia y luego un reclamo económico. Raskauskas nunca entregó el celular y la computadora para que se pueda verificar la autenticidad de las imágenes -la defensa dice que igualmente son intrascendentes- y tampoco concurrió a que se le haga la revisión de los moretones que dijo haber sufrido.

En esos pocos días, Rakauskas invitó a Espinoza a cenar, lo que llevó a una nueva grabación de cuatro horas y media. Según la defensa, que ejerce Germán González Campaña, del estudio Arslanián, de ese registro no surge el menor delito ni se verifica ningún tipo de intento de abuso sexual.

Negociaciones por dinero

La anterior pareja de Rakauskas, Gustavo Cilia, ya había denunciado a la mujer por extorsión, o sea por amenazarlo con realizar una denuncia por violación si no le entregaba una suma de dinero. Eso finalmente se concretó: Rakauskas se presentó a la justicia para sostener que Cilia la drogó para mantener relaciones sexuales y Cilia presentó las capturas de pantalla de los chats en los cuales ella lo amenazaba si no le daba la plata.

Antes y después se concretaron las denuncias de Rakauskas contra su madre y su abuelo, con sendos pedidos de dinero. La fiscal Cuñarro consideró que había que incluir esos expedientes en la actual causa contra Espinoza y eso puso en marcha la ofensiva para apartarla de la causa. Hasta la Cámara de Apelaciones sostuvo que eran de interés para la causa.

Desde el estudio Arslanián afirman que “como ocurrió en los casos anteriores, Rakauskas también pide una mediación por dinero. En concreto, le reclama a Espinoza 20 millones de pesos. El intendente nunca fue citado a esa mediación ni jamás fue notificado, pero ya ha hecho saber que no habrá mediación de ningún tipo por dinero. Espinoza ha dicho que se trata de una acusación falsa, 'una operación política con elementos de espionaje'”.

Una montaña rusa judicial

El resumen de González Campaña es el siguiente:

*Tras la denuncia original, el fiscal citó a Rakauskas a que ratificara la denuncia. La mujer no lo hizo e incluso desistió a través de un mail.

*Eso llevó a que la causa se archivara.

*Un año más tarde, denunció que Espinoza había desoído la orden de no acercarse a ella. O sea, lo acusó de desobediencia. En base a esa denuncia, el fiscal de Cámara, Ricardo Sáenz, un hombre alineado con el macrismo, reabrió la causa.

*Ante la ausencia de pruebas, el fiscal Gómez Barbellá pidió el sobreseimiento de Espinoza.

*Eso llevó al apartamiento del fiscal, un funcionario de larguísima trayectoria. Fue, por ejemplo, el fiscal de la causa por el asesinato del chico de Barracas Central, Lucas González, tiroteado por un grupo de policías a la salida de un entrenamiento.

*En todas las causas se pidió una pericia psicológica de Rakauskas. Incluso, las juezas que actuaron en las denuncias de la mujer contra su madre y su abuelo, sugirieron que se evaluara la posibilidad de una internación. Ella esquivó la pericia argumentando que se fue a vivir a Estados Unidos por más de un año. En ese período se hizo una especie de pericia psicológica, mediante una llamada de whatsapp que duró 20 minutos., sin resultados concluyentes. Nunca se hizo una pericia psiquiátrica como corresponde. Y Rakauskas volvió de Estados Unidos 20 días después.

*La fiscal Cuñarro pidió que se hagan esos estudios y que se incorporen las causas anteriores al actual expediente, lo que motiva la ofensiva para sacarla de la cancha.

Continuar la investigación

La Cámara del Crimen mantuvo el procesamiento de Espinoza pero le ordenó al juez subrogante Luis Schlegel que “profundice la investigación antes de elevar el expediente a juicio”. El equipo de Espinoza sostiene, justamente, que el objetivo es el show del juicio. “Es una ofensiva del macrismo para tratar de poner un pie en el municipio más populoso de la Argentina, La Matanza. El macrismo era segunda fuerza y se lanzaron a esta denuncia respaldados por una parte del aparato judicial”.

El lunes está citada una audiencia en la que se pretende concretar el apartamiento de la segunda fiscal del caso.