El gobierno no tiene el número para aprobar la Boleta Única de Papel, el peronismo no tiene el número para voltear el DNU que le otorgó 100 mil millones de pesos a la SIDE. Esta realidad sobrevoló los pasillos vacíos del Senado el jueves, horas después de que Unión por la Patria fracasara en imponer una sesión para rechazar el DNU y sancionar la actualización del presupuesto universitario. Solo 32 senadores peronistas se sentaron en las bancas: una puesta en escena para exponer al resto de los senadores -radicales y fuerzas provinciales- que no habían dado el presente, así como para presionar a Victoria Villarruel (que viene dilatando el debate, temerosa de que en Casa Rosada la responsabilicen por una nueva derrota legislativa). El jueves que viene, mientras tanto, se jugará el segundo round.
"Ayúdenme a que esto no termine 3 a 0", pidió Victoria Villarruel y los jefes de la oposición accedieron. El jueves, el Senado abrió las puertas del recinto, pero prescindió de las autoridades de la cámara y de gran parte de los legisladores: ni la presidenta del Senado ni los secretarios parlamentarios dieron el presente, buscando dejar al peronismo solo en el recinto con una sesión que no había sido convocada formalmente. Los radicales, que hasta el miércoles a la noche jugueteaban con la posibilidad de bajar a dar quórum -no todos, claro, sino la línea más opositora que lidera Martín Lousteau-, decidieron, finalmente, jugar con el oficialismo. Ellos también querían que se aprobaran los tres temas -BUP, rechazo DNU de Inteligencia y presupuesto universitario-, pero necesitaban tiempo para eso. "Nos prometieron cinco diputados para el quórum y, a la noche, de repente solo nos podían garantizar dos", mascullaban, con enojo, en UxP.
La UCR estaba jugando una partida doble. Por un lado, sobreactuaba sus diferencias con UxP, atento a que no los tildaran de "kirchneristas" luego de varias votaciones conjuntas contra el gobierno. Por el otro, terminaba de negociar una salida con el gobierno. Porque era el jefe de bloque, Eduardo Vischi, el que se negaba a dar su voto para la BUP. El senador cuyos compañeros de bloque califican, directamente, de "mileísta", oficiaba ahora, sin embargo, de único opositor interno a la BUP en nombre de su gobernador, Gustavo Valdés. "Es un problema político de ellos", explicaban en la bancada radical. La postura de Vischi, sin embargo, dejaba a Villarruel sin el número para aprobar la BUP, y la vice no quería ir al recinto para perder las tres votaciones.
El compromiso, entonces, fue patear la sesión para el próximo jueves 12. El peronismo, sin embargo, desconfía. "Acá la jugada es dilatar. ¿La semana que viene, con qué cuento van a venir? Se abre el camino de las especulaciones. Acá hay gobernadores especulando por una ruta, un fondo, un préstamo", arremetió el presidente del bloque peronista, José Mayans, en la sesión fallida. El recinto había quedado semi vacío: solo habían asistido los senadores de UxP e, incluso, habían tenido una ausencia (la rionegrina Silvina García Larraburu, que tenía un problema de salud).
El peronismo, sin embargo, sospechaba ya desde la noche anterior que no tendría el quórum. El objetivo era exponer a los radicales y las fuerzas provinciales - especialmente a los dos santacruceños, que suelen votar con UxP - y comenzar a preparar el terreno para la semana próxima. "Ellos negocian con nuestros votos y después especulan. Esto es una advertencia", masculló una senadora peronista.
El temor de UxP es que la semana próxima suceda lo mismo que la semana pasada y esta. Es decir: que Villarruel una el futuro del DNU y el presupuesto universitario con el de la BUP y que, cuando vea que sigue sin tener la mayoría para aprobar la reforma al sistema de votación, pida más tiempo para conseguirlo. "Están jugando a dilatar y esto es lo que queremos denunciar. Una semana más y no pasa nada. Acá hay una estrategia dilatoria porque la ley de financiamiento universitario es para este año y, mientras más dilaten, y después el presidente vete, ya todo va a quedar ficticio", cuestionó, a su vez, Anabel Fernández Sagasti en la conferencia de prensa que UxP organizó luego de que cayera la sesión.
Segundo round
La sesión acordada entre el oficialismo y las fuerzas opositoras no peronistas será el próximo jueves a las 14. Ese día, aseguran en la UCR, se tratarán finalmente todos los temas. "Los radicales existimos y no nos va a correr ni el kirchnerismo, que sigue creyendo que maneja la cámara, ni el gobierno, que negocia horas con nosotros una ley que después va y la veta", sacaba pecho un senador radical. De acá al próximo jueves, el gobierno tendrá, entonces, un doble objetivo: convencer a Valdés - y al resto de los gobernadores radicales por la falta de respuesta de Casa Rosada- de aprobar la BUP, por un lado, y evitar que el Senado rechace por primera vez en la historia un DNU presidencial, por el otro.
En el caso del DNU que le dio 100 mil millones de pesos a los fondos reservados de la SIDE, el escenario está aún incierto. Porque el peronismo no está del todo seguro de poder conseguir el número. Si bien en UxP aseguran que estarán firmes los 33 - en el caso de que Larraburu se recupere -, no son pocos los gobernadores peronistas que vienen siendo presionados por Casa Rosada para que no rechacen el DNU. El escenario ya se observó en Diputados, en donde UxP tuvo unas 10 ausencias, por lo que necesitan del radicalismo -Lousteau, Pablo Blanco, Maximiliano Abad y Mario Fiad, al menos- y Guadalupe Tagliaferri (PRO) para llegar tranquilos al recinto. En la UCR están más confiados: "El jueves se rechaza", prometen.